Natxo MATXIN
OSASUNA

Recuperar las señas de identidad rojillas

Tras el descalabro de El Toralín, el vestuario rojillo se ha conjurado para recuperar la línea exhibida al inicio del campeonato y, sobre todo, el espíritu que llevó al equipo a ser un hueso duro de roer para los rivales. «Perdimos un poco nuestras señas de identidad –reconocía Roberto Torres sobre el encuentro frente a la Ponferradina–, pero seguimos ahí, estamos en una zona de privilegio», contrapuso el de Arre.

«Tengo la sensación de que no hicimos las cosas como debemos, pero no por ganar dos partidos nos creemos más que nadie ni por perder otros dos pensamos que somos menos que los demás», ahondó el futbolista navarro. «Hay mucha igualdad y es verdad que ahora han llegado dos derrotas jodidas que nos han hecho bajar algún puesto en la tabla, pero ya lo hemos hablado que tenemos que recuperar lo del principio de temporada», amplió.

Encajar goles es una de las diferencias más notables de las últimas jornadas respecto a las primeras. «Siempre hemos intentado mantener la portería a cero porque es básico. Aún sin hacer un fútbol vistoso, veníamos manteniendo esa premisa hasta los últimos partidos, con orden e intensidad, pero lo hemos acabado perdiendo y nos han metido goles con mucha facilidad», admitió.

También ayer se habló entre la plantilla y cuerpo técnico de otros aspectos en los que la escuadra navarra está flaqueando últimamente. «El equipo ha perdido verticalidad, intensidad, el hecho de robar arriba, son cosas que tenemos que recuperar», manifestó Torres. Para el centrocampista, el problema no es físico. «El equipo está muy bien en ese apartado y no tenemos ninguna preocupación», explicó.

En el Alavés, felicidad

Si en Iruñea se viven con preocupación los últimos malos resultados, en Gasteiz ocurre justamente lo contrario. El Alavés es el primer conjunto de la categoría de plata que en lo que se lleva de la presente campaña ha encadenado cuatro victorias consecutivas y eso le ha relanzado en la clasificación hasta alcanzar una de las plazas de ascenso directo, a solo un punto del líder Córdoba.

Ayer todo eran caras de alegría en el frío entrenamiento matinal de Ibaia, una felicidad todavía mayor por el hecho de que hubiese quedado en un susto la indisposición que José Bordalás sufrió en Valladolid durante el transcurso del duelo contra los pucelanos. La plantilla babazorra disfrutará hoy de la habitual jornada de descanso semanal y retomará el trabajo mañana a las 10.30 en Mendizorrotza a puerta cerrada.