Arnaitz GORRITI
Laboral Kutxa Baskonia

El «ensayo» de las finales sale perfecto

Con Bourousis como líder y Mike James como rematador, los gasteiztarrassupieron sufrir las rachas madridistas. Se impuso el juego interior baskonista.

LABORAL K. BASKONIA 86

REAL MADRID 80


Fue un «ensayo» de cualquier clase de final: sea de Copa, Liga ACB o Euroliga. Un «ensayo», porque no se dirimía ningún título, pero que supuso un toque de atención para quien quisiera mirar, y que para los gasteiztarra salió perfecto. No solo por la victoria local o por el precioso juego que ambos conjuntos exibieron. Fue un ensayo perfecto por el ambientazo, el récord de asistencia con 15.544 espectadores en el Buesa Arena y porque, además, ganó el mejor.

Podrían aducir los seguidores del Real Madrid que les faltaban Rudy Fernández y Sergi Llull, y que KC Rivers jugaba su primer partido de su segunda etapa merengue. Aducían en la rueda de prensa de Pablo Laso que el Baskonia solo cometió 15 faltas y el Real Madrid, que cometió 24, lanzó 9 tiros libres, por 23 entre los locales. Excusas, porque nadie se acordaba de nada de eso cuando entre Sergio Rodríguez, Carroll y Nocioni ponían el 66-70 en el luminoso y contra las cuerdas a los de Perasovic. Solo la fortaleza mental gasteiztarra, liderada por un Bourousis monumental, pudo con esas andanadas.

De hecho, la principal diferencia estuvo en el juego interior y la constancia baskonista a partir de ese juego en la zona y su superioridad reboteadora. El primer cuarto arrancaba 11-4 y terminaba 23-15 gracias al ritmo constante de los de Perasovic, mientras que el Real Madrid arrancaba tarde, con fuerza, pero también con parones.

Eso sí, cuando Laso dio entrada a Carroll, este respondió el porqué de su apelativo «¡Boom! ¡Boom!», porque clavó sus tres primeros tiros sin fallo. Nocioni, aplaudido por la afición gasteiztarra, se dejó los sentimientos en el vestuario para martillear el vestuario y poner el 36-40 al descanso, con chispazos de un Doncic más apagado y un Sergio Rodríguez que, desde que «resucitara» para la élite en las semifinales de la Liga ACB 2011/12, se ha ganado los pitos de la grada, pero siempre brilla en Zurbano.

Secundarios de lujo

No fue solo un partido de grandes nombres, porque todos ellos lo fueron. Jugadores como Hanga o Causeur no vivieron su día más brillante, pero no por ello se fajaron menos atrás, provocando la friolera de 16 pérdidas al cuadro merengue.

En cambio, otros secundarios como Kim Tillie, fantástico en el tercer cuarto, y Jaka Blazic, tambié aportaron puntos, amén de su entrega. Ilimane Diop, por su parte, se ganó el derecho de ser el escudero de Bourousis, aportando movilidad e intimidación, así como una saludable madurez que cada vez lo aleja más de su imagen de «camorrista» de hace no demasiado.

Todo eso y mucho más hizo falta en los momentos finales, porque cuando el «Chacho» Rodríguez entró en combustión, y parecía que de sus puntos y sus asistencias –y sus 6 pérdidas– el partido se iría hacia el sur.

Dos triples imprescindibles

Con 66-70, para ser honestos, pintaban bastos para el Baskonia. En esos momentos, llegaron como agua de mayo sendos triples de Blazic y Mike James. El triple del base, además, fue esencial en el triunfo, hasta el punto de que deshizo el cambio previsto por Adams.

Y gracias a esos triples, en el que se pasó del 3 de 18 al 5 de 23 final, el Baskonia retomó el liderato y no lo soltó. Más aún, Pablo Laso, que ensayó zonas 1-2-2 1-3-1, se equivocó al dejar jugar a James en los segundos finales, y este le correspondió anotando una canasta que elevaba el 83-78, verdadero punto final de un partidazo que todavía se alargaría con los tiros libres del «descuento» y la fiesta por una victoria que sabía a título.

«Para ganar, no basta con que juegue uno»

«No soy amigo de grandes titulares», dijo entre risas Velimir Perasovic ante la insistencia de un compañero de la prensa. «Puedes dar tú el titular de que ‘hemos vuelto’, pero lo cierto es que es nuestro trabajo diario lo que nos está haciendo volver», añadió.

Pero al final sí dio el titular. «¿Ha sido una victoria coral?», le preguntaban desde la sala de prensa. «Tú lo has dicho. Para ganar al Real Madrid no basta con que uno o dos jueguen. Bourousis ha estado muy bien, pero sin los otros no podríamos ganar». A.G.