El presidente de Irán, Hassan Rohani, emprenderá hoy una gira que le llevará a Italia, el Vaticano y el Estado francés, un viaje con un trasfondo netamente económico pero que servirá para escenificar el regreso de la República Islámica a la comunidad internacional tras la firma del acuerdo nuclear, el deshielo de las relaciones políticas entre Teherán y Occidente y su nuevo papel como interlocutor válido en asuntos regionales y globales. El histórico pacto nuclear ha posibilitado el levantamiento de las sanciones contra Irán y le va a permitir firmar durante su visita a París el miércoles un contrato de compra de 114 aviones Airbus para la renovación de su envejecida flota tras una larga negociación difícil de concretar hasta ahora por la imposibilidad de pagarlos debido a las sanciones bancarias.

Durante la primera visita oficial a países de la Unión Europea de un presidente iraní en más de una década, Rohani se reunirá con sus homólogos y otras autoridades italianas y galas y con el papa Francisco, además de con inversores, empresarios, representantes de industrias y periodistas.

Tanto Italia como el Estado francés, dos de los mayores inversores en Irán durante la época previa a las sanciones, en sectores claves para la economía como la industria del petróleo y la automotriz, luchan ahora por recobrar ese lugar ante la enorme competencia abierta tanto por los países europeos como por los asiáticos.

Pesos pesados como la petrolera ENI, la automotriz Peugeot o el consorcio Airbus ya han mostrado su interés y han negociado en Irán la vuelta al país.

Tanto Roma como París han hecho hincapié en los últimos meses en el imprescindible papel de Teherán para resolver conflictos como los de Siria y Yemen, luchar contra el yihadismo y ayudar a la estabilidad en Oriente Medio.