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Varias decenas de muertos en un atentado contra militares en Ankara

Un atentado en el centro de Ankara dejó ayer al menos 28 muertos y 61 heridos, la mayoría militares que viajaban en dos autobuses. El Gobierno turco prometió responder, en un momento en el que acentúa su campaña militar en Kurdistán, a la vez que rechazó las peticiones internacionales para que deje de bombardear a los kurdos en Siria.

Un atentado con bomba en Ankara contra dos autobuses que transportaban a personal militar causó ayer al menos 28 muertos y 61 heridos, según un primer balance oficial. El viceprimer ministro y portavoz del Gobierno turco, Numan Kurtulmus, indicó que, además de militares, entre los fallecidos había también varios civiles, pero no precisó cuántos.

El ataque tuvo lugar en una calle del centro de la capital, a unos cientos de metros del cuartel general de las Fuerzas Aéreas turcas, del ministerio de Interior y del Parlamento. El portavoz del Gobierno lo describió como «bien planificado».

Una treintena de ambulancias llegaron en cuestión de minutos al lugar, mientras las fuerzas del orden impidieron el acceso a los periodistas y las cámaras de televisión, decretando, como es habitual en Turquía, un «apagón informativo» sobre el atentado. «Turquía no dudará en recurrir en todo momento, lugar y ocasión a su derecho a la defensa», afirmó el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.

Los últimos atentados suicidas en Ankara y Estambul han sido atribuidos, aunque no reivindicados, al Estado Islámico.

El ataque se produce además en plena campaña represiva contra organizaciones kurdas, incluidas operaciones militares en centros urbanos que han dejado decenas de muertos. La guerrilla kurda del PKK suele circunscribir su actuación a Kurdistán, si bien otros grupos, como los Halcones por la Libertad de Kurdistán, sí han actuado en Ankara y Estambul.

Por otro lado, Erdogan insistió en que continuará bombardeando a las milicias kurdas de las YPG en Siria, donde intenta evitar que lleguen a la frontera turca y se hagan con el territorio que aún controlan grupos islamistas y Al Qaeda. El presidente turco rechazó así las demandas de la ONU, EEUU y la UE para que deje de bombardear a las YPG, a las que Turquía vincula al PKK, pero que están apoyadas por EEUU en su lucha contra el Estado Islámico. Los ataques comenzaron el pasado sábado ante el avance en la provincia de Alepo de las milicias kurdas, que aprovecharon la ofensiva del Ejército sirio y los bombardeos rusos, para llegar hasta localidad de Azaz, a la que Ankara advirtió que no permitirá que entren. Además, Turquía volvió a proponer crear una «zona de seguridad de diez kilómetros» en territorio sirio en torno a Azaz, con el objetivo de impedir que las fuerzas kurdas unan los territorios que controlan en el norte de Siria y consoliden una región autónoma.

Comienza a llegar ayuda a ciudades asediadas

Varias zonas asediadas por las fuerzas gubernamentales sirias y por grupos insurgentes recibieron ayer decenas de camiones cargados con ayuda humanitaria, tal como habían pactado el Gobierno de Bashar al Assad y el enviado especial de la ONU para el conflicto, Staffan de Mistura. Un portavoz de la Media Luna Roja avanzó que los convoyes se dirigirían a Madaya, Zabadani y Muadamiya, cerca de la capital, y a las localidades de Fua y Kafraya, en la provincia de Idleb, en el noroeste, cinco enclaves designados por la ONU. Los suministros incluyen trigo y alimentos altamente energéticos, mientras que en Kefraya y Fua también entró un equipo médico. Yacoub el-Hillo, coordinador humanitario de la ONU, estimó que la ayuda debía llegar a 93.000 personas, 30.000 en Muadamiya, 42.000 en Madaya y 1.000 en Zabadani, además de 20.000 en Fua y Kafraya. De Mistura había exhortado a las autoridades sirias a permitir la llegada de esta ayuda y aseguró que supondría una prueba sobre la actitud de Damasco, unas declaraciones que desataron la ira del Gobierno sirio.

La consejera del presidente Bouthaina Shaaban replicó que el emisario de la ONU debía «concentrarse en su misión de mediador más que ocuparse de la ayuda humanitaria». GARA

Aumento de bombardeos que dejan a 50.000 sirios a la intemperie

Los bombardeos del Ejército sirio y de la aviación rusa en Siria han aumentado de intensidad en los últimos días, según el coronel Steve Warren, portavoz de la coalición &hTab;militar que lidera EEUU. Bagdad.

La canciller alemana, Angela Merkel estimó que estos bombardeos han provocado una situación humanitaria «insoportable».

Según la ONU, más de 70.000 civiles han sido desplazados por la ofensiva, de los que 50.000 se encuentran sin abrigo en pleno invierno. GARA