«Hay que esperar con mucha serenidad los resultados. No se trata de, anticipadamente, hacer una fiesta», advertía el presidente de Bolivia, Evo Morales, en su primera comparecencia tras la votación sobre el cambio de la Constitución que le permitiría acceder a un cuarto mandato. Los resultados parciales y varios sondeos daban una victoria al «no», a falta de contabilizar los votos de las zonas más favorables al presidente. La confirmación de la tendencia supondría la primera derrota política de Morales, que dirige el país desde 2006 y que, sin reforma constitucional, deberá dejar la Presidencia en 2020, al final de su tercer mandato consecutivo.

Según los datos del Tribunal Supremo Electoral (TSE) con el 80% de los votos escrutados, el 54,3% de bolivianos votó «no» a reformar la Constitución para permitir una nueva candidatura del presidente Evo Morales en 2019. El porcentaje representa más de 2,3 millones de los sufragios, de un total de 4,2 millones de votos que se llevaban registrados en el recuento publicado en la web del TSE.

Los estudios de las empresas encuestadoras Equipos Mori e Ipsos difundidos por medios locales cuatro horas después del cierre de los colegios dieron ya el mismo domingo al «no» un porcentaje del 51% al 52,3% y al «sí» entre un 47,7% y un 49%.

«Hasta el pitido final»

«Vamos a esperar pacientemente el pitido final. Somos optimistas», afirmó Morales, que prometió «respetar los resultados, venza el ‘sí’ o el ‘no’».

Desde el anuncio de los primeros sondeos, los partidarios del presidente no habían dejado de calificar las cifras de prematuras. El gobernante insistió en que aún se debía esperar los resultados del campo en el informe final porque, en experiencias anteriores, los sufragios del área rural hicieron cambiar las tendencias generales de la votación. También recordó que los estudios de las empresas encuestadoras suelen tener variaciones en unos puntos porcentuales que en el caso del referendo pueden ser determinantes para el resultado final. No obstante, el gobernante también se planteó la posibilidad de que gane el «no» y sostuvo que su lucha y gestión seguirán adelante y que es un error de la oposición pensar que se ha terminado su vida. «Aunque con un voto o con dos votos va a haber un ganador, eso se respeta. Esa es la democracia«, afirmó.

La oposición empieza a festejar con los primeros datos

El vicepresidente, Alvaro García, al que el referéndum también le habilitaría para un cuarto mandato, se mostraba ayer muy escéptico con los sondeos y estimó «altamente probable que estas cifras se modifiquen de manera radical», y llamó a la oposición a no alegrarse demasiado rápido frente a lo que calificó como «empate técnico».

El mandatario explicó que los primeros resultados que se anunciaron no toman en cuenta los votos en el exterior, tampoco los de barrios y comunidades alejadas, donde el MAS (Movimiento al Socialismo, el partido del presidente, Evo Morales) obtuvo históricamente apoyo mayoritario.

«Considero que el festejo de unos es forzado e innecesario, lo más sano es esperar los resultados oficiales», insistió «Mejor que guarden su entusiasmo y esperan con paciencia los resultados» definitivos, añadió.

Pero los opositores organizaron fiestas en varias ciudades al conocer los primeros datos, sobre todo en Santa Cruz, en el este y Trinidad, en el noreste.

«¡Bolivia a dicho no!» gritó Rubén Costas, gobernador de la provincia de Santa Cruz y líder opositor.

«No hay ninguna base para no reconocer la victoria del no. Han pedido al pueblo que decida y ha decidido. Respeten los resultados», señalaba el excandidato a la Presidencia Samuel Doria Medina, derrotado en dos ocasiones por Morales. GARA