La balanza de pagos refleja la posición internacional de una economía en un determinado momento. Básicamente tiene dos componentes: la cuenta corriente y de capital que refleja el saldo por intercambios de mercancías y servicios, el flujo de rentas y pagos de capital; y la cuenta financiera que recoge los cambios en activos y pasivos, esto es, adquisiciones y deudas.

Mientras el primer componente mantiene el signo positivo –se vende más en el exterior de lo que se compra– lo que indica capacidad de ahorro, el segundo muestra una importante salida de capitales, que no alcanza las cantidades de 2011 y 2012, pero rompe la tendencia de los años anteriores.

Según los datos adelantados, el saldo por intercambios de mercancías y servicios aumentó hasta los 27,4 miles de millones (mm) (26,0 mm en 2014), mientras la salida de rentas disminuyó hasta los 10,7 mm (15,7 mm en 2014). La cuenta de ingresos por pagos de capital es positiva para la economía española: 6,0 mm frente a los 4,5 mm de 2014. El resultado final de la cuenta corriente y de capital es positivo con un valor de 22,7 mm (14,7 mm en 2014). El saldo positivo se explica fundamentalmente por los bajos precios de los productos energéticos que han abaratado las importaciones y no tanto por un aumento de las exportaciones. Más que la fortaleza de la economía o la competitividad de la industria española, el resultado positivo es el resultado, sobre todo, de la coyuntura internacional.

La cuenta financiera, sin embargo, muestra una acusada salida de capitales, más de 70,2 mm en 2015 frente a una entrada neta de 5,6 mm en 2014. Por componentes, las inversiones directas de españoles en el exterior (41,7 mm) han superado las inversiones de extranjero en el Estado (20,3 mm) lo que explica en parte la salida de capitales.

Las inversiones en cartera registran un saldo equilibrado entre inversiones de residentes en el exterior y de no residentes en el Estado. No obstante, el elemento que ha desequilibrado la cuenta financiera ha sido la retirada de préstamos y la salida de depósitos que dejan un saldo en 2015 de 48,8 mm.

Múltiples han sido las interpretaciones políticas que se ha hecho sobre estos datos. Varios analistas señalan la inestabilidad política o la posibilidad de que un gobierno de izquierdas establezca un impuesto sobre las grandes fortunas como causas de esta salida de capitales.

En realidad, la salida de capital se produjo durante todo el año pasado; responde por tanto a otras causas. La subida de tipos de interés del dólar está drenando liquidez de todo el mundo y su efecto es especialmente llamativo en los países emergentes, pero también es importante en algunos grandes países fuertemente dependientes, como el Estado español.