Desde junio de 2015, la Diputación vizcaina, al igual que su homóloga alavesa y el Ejecutivo de Lakua, conocía que en Karrantza se asentaba el único grupo reproductor de lobos de la CAV desde hacía muchos años; de 2008 a 2013 no se había detectado su presencia. A pesar de ello, el Departamento de Sostenibilidad y Medio Natural autorizó en enero pasado batidas que acabaron con la vida de, al menos, tres ejemplares.

Andrés Illana, de Ekologistak Martxan, apuntó a que los responsables forales sabían a través del censo que había asentada en el valle más occidental de Bizkaia una manada de lobos, siendo su área de campeo ese entorno, Burgos y Cantabria. A pesar de ello, permitieron varias partidas de caza, lo que lleva a los ecologistas a pensar que «lo único que pretendía la Diputación era exterminar a todo el grupo».

«Llevamos 30 años impidiendo que el lobo ibérico pase hacia los Pirineos para extenderse por otras zonas de España y Europa por lo que el País Vasco, a día de hoy, es una barrera infranqueable para los lobos de España en su camino hacia sus área de distribución en Europa», lamentó.

Illana dijo que «si quieren eliminar el lobo por decreto, tendrán que modificar las leyes». Así, instó a las autoridades a que digan que no quieren lobos y «modifiquen la Ley de Conservación de la Naturaleza» en contra de las directrices europeas. «Mientras no se modifiquen las leyes de Conservación de la Naturaleza ni el Catálogo Vasco de Especies Amenazadas, el lobo tiene tanto derecho a estar en Euskadi como cualquier otra especie amenazada», subrayó.

Sin cobertura legal contra él

Jorge Etxegarai, de Grupo Lobo Euskadi, incidió en que las batidas no tienen cobertura legal. «En ningún punto de la legislación vasca hemos encontrado un punto en el que diga que el lobo debe de ser excluido de los ecosistemas del País Vasco porque causa daños a un determinado sector económico, en este caso el ganadero», manifestó en la rueda de prensa ofrecida ayer.

Etxegarai explicó que el lobo, al ser un gran depredador, genera «una serie de mecanismos ecológicos que promueven la conservación y la interacción con las especies vegetales y animales de su zona de influencia y, por tanto, contribuye a recuperar la biodiversidad donde se asienta, y lo que hacen las administraciones, al menos en Bizkaia, es no favorecer esta acción».

Andrés Illana precisó que la situación «ya era muy precaria antes de la matanza dirigida por la Diputación de Bizkaia pero, tras ella, el lobo está, sin lugar a dudas en peligro de extinción en Euskadi». Ante este panorama, los colectivos ecologistas y conservacionistas insisten en que se le incluya en el Catálogo Vasco de Especies Amenazadas.