El lehendakari, Iñigo Urkullu, afirmó ayer que no está dispuesto a «borrar el pasado» y reiteró que los empresarios merecen «la verdad y el reconocimiento del daño que ETA les ha causado», a la vez que advirtió a Sortu de que «construir la convivencia requiere reconocer sin dilación y con claridad que matar y extorsionar estuvo mal».

La polémica en la que se ha visto envuelto el lehendakari se debe a la mención que el pasado lunes Iñigo Urkullu realizó en su visita a la factoría Michelin de Gasteiz a que «estos últimos días hemos recordado el secuestro del director de esta fábrica Luis Abaitua». Sin embargo, pese a que ahora dice no estar dispuesto a borrar el pasado, no mencionó a otro directivo de la planta de Gasteiz muerto a tiros por ETA pm, Luis Ergeta, ni a Jesús Casanova, herido muy grave por los Comandos Autónomos. Ayer se justificó diciendo que la hija de Ergeta estaba presente en el acto y «le saludé».

Esos atentados, y otros en la planta de Lasarte, son posteriores al secuestro de Luis Abaitua. Los medios no dudaron en ligar su mención con el hecho –aireado «estos últimos días» por el PP y la prensa de la derecha– de que Arnaldo Otegi fue condenado por ese secuestro.

Por otra parte, el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, justificó ayer que «es un dato objetivo (el secuestro de Abaitua por el que Otegi fue condenado), y al que le pica, que se rasque. Pero yo no creo que lo dijera por esa razón. Citó un dato objetivo, nada más».