A 48 horas de que en Ginebra tengan que volver a sentarse a negociar el Gobierno y la oposición sirios, Damasco advirtió de que el futuro del presidente sirio, Bashar al Assad, sigue siendo una línea roja y que no discutirá de este tema con la oposición ni con el enviado de la ONU en las negociaciones.

«No negociaremos con nadie que quiera discutir de la presidencia. Bashar al Assad es una línea roja y, si ellos quieren continuar con esa posición, mejor que no vayan a Ginebra», declaró el ministro de Relaciones Exteriores sirio, Walid Muallem.

El reinicio de las conversaciones, que la ONU no consiguió llevar a cabo en febrero, parecía más factible tras el cese de hostilidades que ha venido siendo respetado –en general– desde el 27 de febrero.

Pero antes de la fecha prevista para volver a Ginebra, ambas partes vuelven a marcar su territorio. Muallem también afirmó que el emisario de la ONU, Staffan de Mistura, «no tiene derecho» a hablar de las futuras elecciones presidenciales, porque «eso es responsabilidad exclusiva del pueblo sirio». De Mistura había afirmado el viernes que deberían celebrarse elecciones presidenciales y legislativas en Siria en un plazo de 18 meses. El ministro sirio es tableció otra línea roja: «rechazamos hablar de federalismo porque estamos a favor de la unidad de Siria, su estabilidad y la seguridad de su territorio».

Muallem también afirmó que la delegación de Damasco no va a esperar más de 24 horas a la oposición «y, si no hay nadie allí, volverá» a Siria. Recordó que en la primera ronda, la delegación gubernamental había esperado durante tres días la llegada de los opositores.

Sin embargo, ayer los dos jefes de la delegación de la oposición ya se encontraban en Ginebra y también prologaron el diálogo con acusaciones. Así, el delegado opositor Asad al Zubi opinó que el Gobierno sirio hará todo lo posible para obstaculizar la nueva ronda de diálogo: «lo que me espero es que el régimen que ya impidió una vez las conversaciones vuelva a hacerlo por segunda vez, y luego una tercera y una cuarta».

El delegado señaló que va a concentrarse «en la constitución del Gobierno transitorio dotado de todos los poderes ejecutivos», en el cual «no hay lugar» para Al Assad. El delegado salafista Mohamed Alush mantiene que el grupo solicitará que el presidente sirio abandone el poder y dé paso a un órgano de transición política.

En cambio, Muallem habló de formar un «Gobierno de unidad» que luego designe a una comisión para redactar una nueva Constitución. «Luego habrá un referéndum para que el pueblo sirio decida», agregó.

Kerry ve «significativo» el respeto de la tregua

«El nivel de violencia se ha reducido entre un 80% y un 90%, lo cual es muy significativo», estimó ayer el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, quien también anunció reuniones con Rusia para examinar las violaciones de la tregua denunciadas por la oposición siria.

Kerry invitó a Rusia e Irán a actuar para que «el régimen de Al Assad respete el acuerdo» sobre el cese de hostilidades y no lo aproveche para obtener avances sobre el terreno «cuando hay otros que lo están respetando de buena fe». «Nuestra paciencia tiene un límite en este aspecto», advirtió. Por otra parte, el enviado especial de la ONU, Steffan De Mistura estimó que los kurdos sirios tienen que poder opinar sobre el futuro de Siria, pese a no haber sido invitados a las negociaciones de Ginebra y que el pasado viernes aclaró que no pensaba invitar a nuevos participantes.GARA