La oposición lleva la presión contra Rousseff a las calles
Manifestaciones masivas reclamaron ayer en varias ciudades de Brasil la salida del poder de la presidenta, Dilma Rousseff, aumentando la presión de los grupos opositores sobre el gobierno brasileño, envuelto en una recesión económica y una grave crisis política.

Con el grito de «Fuera Dilma», la oposición a la presidenta de Brasil llevó a cabo ayer manifestaciones en todo el país para reclamar la salida del poder de Dilma Rousseff, envuelta en una grave crisis política. Las imágenes aéreas de Sao Paulo y Rio de Janeiro mostraban grandes multitudes. Según la Policía militar, en Brasilia se concentraron hasta 100.000 personas frente al Congreso, en la Explanada de los Ministerios. La Policía no dio cifras sobre la participación en Río, donde los organizadores hablaban de entre 700.000 y un millón de personas.
«Necesitamos un Macri», declaraba uno de los manifestantes, Luis Adolfo Dabkiewicz. «Nunca habría imaginado llegar a tener un día envidia de los argentinos», se leía en el cartel que sostenía, en referencia al liberal que desplazó del poder a Cristina Kirchner.
Las manifestaciones en más de 400 ciudades brasileñas fueron convocadas por movimientos ciudadanos y apoyadas por partidos de oposición, coincidiendo con el aniversario de movilizaciones similares el año pasado.
Brasil se enfrenta desde 2015 a una fuerte recesión económica y una crisis política vinculada al escándalo de corrupción de Petrobras. Esos tres elementos han hecho caer la cota de popularidad de Rousseff a un 10 %. Las encuestas que casi el 60 % de los brasileños está a favor de su destitución.
Ni siquiera el expresidente Luiz Inacio Lula da Silva se libra de las acusaciones y una pancarta en Brasilia lo representaba con un uniforme de preso a rayas blancas y negras. Fiscales de Sao Paulo han pedido su investigación y detención por «ocultación de patrimonio».
Lula se ha dicho víctima de una persecución política que ha vinculado a una conspiración de la oposición contra Rousseff, quien también ve una maniobra política para dañar la imagen del líder del PT.
«He venido porque estoy harta de tanta corrupción y para protestar contra el desorden generalizado en este país. Voté al PT, pero nunca lo volverá a hacer. He estado con Lula, pero ya no quiero saber nada de este corrupto indecente», explicaba a AFP Rosilene Feitosa, una jubilada de 61 años.
La oposición pretende aumentar estas protestas para presionar a los diputados que dudan sobre la destitución de la presidenta. Dilma Rousseff se enfrenta a un proceso parlamentario para destituirla, que fue frenado por el Tribunal Supremo, pero puede ser reactivado el miércoles.

GARA es segundo en Gipuzkoa y NAIZ sigue creciendo con fuerza

«Goonietarrak», 40 urte: bihotzeko ganbaran gordetako altxorra

«Elektronika zuzenean eskaintzeko aukera izango dugu orain»

«Gizarte aldaketa handi bat» eskatu du euskararen komunitateak
