Jon ORMAZABAL
Pelota

No por mucho madrugar amanece más temprano

Solo Untoria tuvo la solidez requerida en un partido en el que los azules apenas opusieron resistencia.

VICTOR-UNTORIA 22

ARTOLA-IMAZ 9


Tras catorce largas semanas de liguilla, Asegarce se vio obligada a que la mitad de los participantes en una semifinal de primera se estrenaran en esas lides junto a dos pelotaris que lo hicieron el año pasado y comprobaron el dicho de que no por mucho madrugar amanece más temprano. Solo Álvaro Untoria, el más veterano y el único que, gracias al excelso nivel de Bengoetxea el año pasado, tenía las horas de vuelo exigibles a estos niveles y su solvencia les bastó a los riojanos para hacerse con un punto nada brillante en las formas pero de gran importancia.

Las ausencias de los dos pelotaris que, por categoría y galones, debían llevar el peso de cada pareja llevó a la empresa a presentar una combinación muy frágil que se rompió en un santiamén. Y poca culpa puede echársele a un Ander Imaz que en noviembre todavía ni tenía fecha para el debut y que ayer se vio en la obligación de tratar de sustituir al zaguero con más peso de su empresa.

El oiartzuarra notó la presión, el cambio de un material mucho más exigente que ese de los teloneros en los que tanto está brillando y se le vio que, sobre todo de izquierda, tiene que curtirse en esa ingrata labor de aguantar con los pies por detrás del seis, pero no se le puede pedir mucho más.

Porque en una semana en la que tantos focos se han puesto en los suplentes –Victor tampoco lo hizo excesivamente bien pero su labor fue más sencilla– la brecha estuvo en los titulares.

Artola, impotente

Y es que, mientras Untoria supo ejercer su papel, aguantando y cargando el partido a Imaz, a Iñaki Artola la tarea le vino grande. Sobrepasado y quizá obcecado en ayudar a su zaguero, se le vio incómodo y descolocado en todo momento, anotándose solo un tanto en juego, en una cortada en el 6-3.

En esa tesitura, el estelar estuvo acorde con un festival finiquitado en dos horas y media, en un Atano con muy poco público. Para reflexionar.