Imanol CARRILLO
DOS TRABAJADORES FALLECIDOS

UNA NUEVA DESGRACIA UNE MÁS A LOS VECINOS

EL ACCIDENTE LABORAL MORTAL DE AYER EN EL PUERTO DE ONDARROA HA UNIDO, AÚN MÁS SI CABE, A UN PUEBLO QUE EN POCOS DÍAS HA VIVIDO DOS ACONTECIMIENTOS TOTALMENTE DISTINTOS, PERO CON UN IMPACTO ENORME ENTRE LOS VECINOS DE LA LOCALIDAD. PARA EJEMPLO DE ESA UNIÓN, LO VIVIDO AYER EN EL PUERTO.

La carretera costera que une Mutriku con Ondarroa llega a un punto, un mirador, en el que se puede apreciar todo el puerto de Ondarroa en su esplendor. Normalmente la gente se agolpa para ver el bello paisaje que se atisba desde la altura, pero las personas que se apiñaban ayer en ese balcón no daban crédito a lo que le está ocurriendo a la localidad vizcaina estos últimos días.

A las 14.45 saltaba la trágica noticia. Una explosión en la Cofradía Santa Clara dejaba dos trabajadores fallecidos, lo que cubría de más nubes oscuras el cielo de Ondarroa.

Los medios de comunicación no tardaron en llegar, desgraciadamente por encontrarse cerca de otro suceso ocurrido en la localidad, el del derrumbe de una ladera por las lluvias.

Hacia las 16.30, varias decenas de personas se agrupaban en la zona con el objetivo de clarificar las primeras y confusas informaciones del suceso.

El propio responsable de Emergencias de Lakua, Gaizka Etxabe, afirmó ante los medios que los operarios estaban trabajando con normalidad, «hasta que alguien ha dicho ‘pasa algo, salgamos de aquí’».

Un trabajador que se encontraba en las inmediaciones de la empresa Santa Clara en el momento de la explosión relató que «yo iba con una máquina cuando ha sucedido la explosión y he visto la máquina de café volando».

El mismo trabajador intentó sacar de entre los escombros a uno de los dos compañeros, «pero no he podido ayudarlo», explicó consternado, ya que tuvo que abandonar el lugar por el fuerte olor a amoniaco.

«Vi salir humo blanco»

Otro testigo de lo sucedido indicó que se encontraba en el exterior de su local, junto a la fábrica de hielo, cuando vio que empezaba a salir «humo blanco», aunque sin llegar a escuchar el estruendo. Algo que sí hizo una vecina que vive muy cerca de Santa Clara, aunque «pensaba que era un portazo de mi hijo», explicó la mujer. La misma testigo, que se encontraba en las inmediaciones a la espera de poder acceder a su vivienda, relató que en el momento del suceso vio «mucho humo», lo que le obligó a cerrar todas las ventanas de su hogar.

La mujer, que conocía a los fallecidos y que intentó comunicarse por teléfono con algún trabajador, admitió que «no es la primera vez que hay una fuga de amoniaco» y que los vecinos de la zona ya están advertidos de las medidas a tomar en este tipo de casos. De hecho, un hombre interesado por el accidente dijo que había pasado varios días antes por delante de la fábrica de hielo y «olía muchísimo a amoniaco».

El consejero Toña, natural de Ondarroa, atendió a los familiares y quiso trasladar el sentimiento de todos los ondarroarras: «El puerto de Ondarroa es la vida de Ondarroa y los ondarreses, sin puerto no somos nadie. Es nuestra referencia, de él vivimos».

Numerosos vecinos se mantuvieron en la zona varias horas, mientras, entre tanta desgracia acumulada y desde aquel mismo mirador, el cielo descubrió un arcoiris cargado de optimismo y fortaleza.