El veto a la ikurriña en Eurovisión tuvo ayer la virtud de poner de acuerdo a partidos e instituciones de todos los colores, pues la crítica fue unánime y contundente hacia los organizadores del evento. Todos denunciaron la inclusión de la ikurriña en el listado de enseñas «prohibidas», un cajón de sastre donde coincidían banderas de naciones reconocidas como Palestina, con otras relacionadas con lugares en conflicto, y alguna vinculada no a territorios sino a organizaciones, como la del yihadista Estado Islámico, autor de miles de muertes en Siria e Irak y de sangrientos atentados en otros puntos del planeta.

En una entrevista radiofonica, el lehendakari consideró que la inclusión de la ikurriña en la lista junto a otras como la del ISIS era un hecho «absolutamente lamentable». De hecho, Iñigo Urkullu consideró que «no estaría mal» que la representación española se retirara del festival si no se subsanaba el error, porque «afecta al conjunto del Estado».

El presidente del EBB, Andoni Ortuzar; la diputada de EH Bildu Marian Beitialarrangoitia; la líder del PSE, Idoia Mendia; la secretaria general del PP Vasco, Nerea Llanos; el parlamentario de UPyD, Gorka Maneiro, y hasta el obispo de Baiona, Jean-René Etchegaray, fueron algunos de los que expresaron su protesta. Incluso desde Madrid hubo mensajes de desaprobación, y el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, pidió una «rectificación urgente».

Disculpas y retirada

Las críticas surtieron efecto, y ya por la tarde la Unión Europea de Radiodifusión, de la que depende el festival, pidió disculpas por la aparición de la ikurriña en esa lista negra. La UER pidió a Globe Arena y AXS, que colgaron el documento en sus web, que eliminaran de inmediato la lista. Asimismo, Eurovisión difundió un comunicado en el que explica que esa «no exhaustiva lista de ejemplos» no estaba prevista para ser publicada y se disculpa con quienes hayan podido sentirse ofendidos por el listado.