El retorno de Fabien Causeur tomaba mayor protagonismo en el Media Day del Baskonia, en la cuenta atrás del viaje de la expedición gasteiztarra a Berlín. Pero por otro lado, uno de los focos de atracción de este Laboral Kutxa Baskonia de Final Four no era otro que Adam Hanga.

Llegado de Manresa, el alero húngaro ha tenido un difícil proceso de adaptación al cuadro gasteiztarra. «En mi primer año tuve muchos problemas con la rodilla, y para el segundo, decidimos que lo mejor para mí era que saliese fuera –el magiar se pasó la pasada campaña cedido en el Scandone Avellino– para tener minutos. En Italia tuve minutos y adquirí físico y confianza. Y de vuelta en Gasteiz, Perasovic me ha dado la oportunidad de disponer de muchos minutos. Y aquí estamos», resumía Hanga su trompicada carrera, que vive en estos momentos sus días de gloria.

En la eliminatoria de cuartos ante Panathinaikos, el momento de mayor zozobra de la escuadra gasteiztarra llegaba tras la lesión en el primer partido del alero magiar. Una pequeña rotura que hizo temer a todos que por esa ausencia PAO podría colarse, o que, aun colándose a la Final Four el Baskonia, no podría disponer de él.

Nada más lejos de la realidad. Después de una primera toma de contacto ante el Barça, en el que apenas jugaba por culpa de un golpe, Hanga retomaba su camino donde lo había dejado: como uno de los jugadores de mayor progresión. Tercer mejor defensor de la temporada en la Euroliga y cada vez más peligroso en el juego de ataque.

Partiendo del 0%

«Todo se debe a la confianza y a mucho trabajo. Este verano he trabajado mi tiro y cada año he ido mejorando un poco en todo. Por ejemplo, en defensa hace cinco años era peor defensor que mis compañeros ahora y he mejorado mucho. Pero todavía quiero mejorar en otros aspectos», recordaba.

Una confianza que, en parte, ha llegado de ir metiendo lanzamientos triples de forma regular, aunque todavía firme un 28,6% de efectividad en la Euroliga y un 31,1% en la Liga ACB. «Teniendo en cuenta que fallé todos mis triples hasta la jornada 10, he mejorado mucho», ironizaba al respecto el jugador centroeuropeo. «Si empiezas con un 0% de acierto, sí, la mejora es espectacular», se reía.

Pero entre bromas y veras, hay una verdad en esa aseveración. Hanga erraba sus 13 primeros triples en la ACB y en la primera fase de la Euroliga firmaba un 4 de 20 desde los 6,75 metros. Desde que el «húngaro volador» empezaba a ver aro, firmaba un 23 de 61 en la competición doméstica, y un 12 de 36 en la Euroliga; es decir, un 38% en la ACB y un 33% a nivel continental, números que demuestran que, «con trabajo y confianza», ha mejorado hasta volverse una amenaza de verdad desde la larga distancia, más allá de los «francotiradores» Bertans, James o Adams.

«Un partido de baloncesto»

Pero ahora queda afrontar la Final Four, una cita para la que Hanga tampoco pierde la sonrisa. «Mis amigos me dicen que la ganaremos y que seré el MVP», confesaba. Ya en serio, el húngaro incidía que, ante todo, «debe ser un partido de baloncesto».

«Nosotros queremos ganar. Y para ganar hay que ganar dos partidos sí o sí, y el más importante es el que nos enfrenta al Fenerbahçe. Es un rival muy físico que juega un poco diferente. Tenemos que mejorar nuestra defensa. Ellos tienen mucha paciencia y además van a intentar parar nuestro contraataque. No podemos recibir 100 puntos contra ellos. Pero por otro lado, va a ser un partido de baloncesto. Estamos preparados y no tenemos que cambiar nada de nuestro juego», culminaba.

 

Causeur asume el riesgo de volver a la cancha pese a no estar recuperado

«Llevo arriesgando seis semanas porque la espalda no está al 100%», reconocía un Fabien Causeur que todavía no está recuperado de sus males en la espalda, pero que apostillaba que «la decisión para volver a jugar está tomada. Esta es una oportunidad que surge una vez en mi carrera y quiero estar en Berlín».

«La decisión de que Fabien regrese depende de Dios y de él», había dicho Velimir Perasovic hace unas fechas. «Tal vez mañana mismo diga que está bien o tal vez siga diciendo que le duele», explicaba el técnico de Split, algo que confirmaba el propio Causeur.

«He forzado en las últimas semanas para llegar lo antes posible, pero no ha sido tan fácil como pensaba, pero hago este esfuerzo para ayudar a mis compañeros», explicaba el capitán baskonista.

Una vez tomada la decisión, el escolta de Brest daba un paso adelante y afirmaba que «en nuestra cabeza no hay ningún rival al que no podamos vencer. El propio Fenerbahçe no es un equipo que no haya perdido un partido en toda la temporada». A. G.