Nagore BELASTEGI
DONOSTIA
CADENA HUMANA EN DONOSTIA

La respuesta ciudadana contra la incineradora supera las expectativas

Según los cálculos, hacían falta 5.000 personas para unir Onkologikoa con la Plaza Gipuzkoa, pero esa cifra se disparó en un éxito rotundo de la iniciativa. En numerosos puntos los asistentes estuvieron hombro con hombro, incluso se llegaron a formar hasta tres filas en zonas donde se acumuló mucha gente, a pesar de la organización previa.

En la cadena humana contra la incineradora de Zubieta cada comarca y pueblo tenía su sitio en el recorrido previsto entre Onkologikoa y la Plaza Gipuzkoa. A las 11.30 cada uno debía estar en su lugar, pero esa hora todavía quedaban huecos libres. Poco después los participantes se apilaban en grupos en la mayor parte del recorrido dejando claro que los huecos iban a ser rellenados con creces.

Si se agarraban de la mano, tal y como se les había indicado, no cabían en línea recta, por lo que la gente optó por aplaudir hombro con hombro con el vecino cuando pasaron las bicicletas de la organización.

Los médicos de Onkologikoa prepararon un mensaje que colocaron dentro de una caja de madera y se la dieron dos niños, que se montaron en una bici adornada con la flor-molino de viento representativa del movimiento contra a incineración. El testigo pasó por delante de los participantes en la movilización entre aplausos.

Finalmente llegó a la Plaza Gipuzkoa, donde comenzaron juegos para niños y pequeños conciertos –con el cantautor Mikel Karton y el grupo La Jodedera– mientras esperaban a que llegara la gente.

A las 13.00 horas el médico Xabier Mitxelena abrió el testigo y leyó el mensaje de su interior: «hemos oido muchas razones en contra de la incine- radora. Nosotros somos médicos por lo que queremos subrayar una: las incineradoras son perjudiciales para la salud. Tras analizar varias investigaciones publicadas en los foros científicos internacionales hemos deducido lo siguiente: los vecinos que viven cerca de una incineradora tienen una tasa mayor de malformaciones, abortos, cánceres y muerte», aseguró animando a quien quiera a leerlas, puesto que se encuentran al alcance de todo el mundo.

«No queremos que, por dejadez, se repita lo mismo que pasó con el amianto. De hecho, ahora vemos cómo mucha gente que trabajó con amianto muere de cáncer», manifestó. Por ello, «como profesionales responsables y ciudadanos preocupados» pidieron a los mandatarios que «acepten los resultados de estas investigaciones», así como que «apliquen el principio de precaución».

Oposición y total rechazo

Tras Mitxelena tomó la palabra Lara Perales, vecina de Rivas-Vaciamadrid, municipio madrileño a 4,5 kilómetros de la incineradora de Valdemingómez. Se encontraba en Donostia invitada por GuraSOS (plataforma de padres contra la incineradora) y dada la cercanía de la cita de ayer, decidió posponer su vuelta a casa a pesar de su delicado estado de salud para poder ofrecer su testimonio.

«Para mí es importante estar aquí porque lo que a mí me ha pasado no quiero que le pase a nadie más», comenzó. Construyeron la incineradora junto a su casa en 1995. Antes de esa fecha nunca había tenido problemas de salud, pero entonces comenzó con problemas respiratorios que, en 2014, derivaron en un linfoma de Hodgkin, un cáncer de sangre.

«No soy la única enferma de cáncer en mi comunidad. En mi bloque de diez viviendas hay cinco casos de cáncer; dos fallecieron y tres estamos siendo tratados con quimioterapia», prosiguió. 36 familias de afectados han presentado una querella ante la Comunidad de Madrid y el juez la ha aceptado. Actualmente luchan por el cierre de la instalación. «Vosotros estáis a tiempo de parar la incineradora de Zubieta, porque el peligro es real. La salud y el aire limpio es un bien común y no tiene ideología, –manifestó entre aplausos para después continuar– lo que no queráis para vosotros no lo queráis para nadie. Convenced a todos los que defienden su construcción porque es dañina para las personas y el medio ambiente. Se acabó esta forma de gestionar los residuos, hay otra forma de hacerlo», finalizó mientras el público la ovacionaba emocionado.

Para terminar, la conductora del acto, Teresa Lopez de Munain, leyó un manifiesto que instaba a la ciudadanía, a los gobernantes, a las empresas y a los partidos políticos y agentes sociales a tomar conciencia asegurando que «Gipuzkoa no necesita una incineradora» porque en otros lugares tampoco hay.

 

Asambleas para tratar de buscar una solución

Independientemente a la cadena humana, un grupo de personas decidió reunirse para tratar el tema y tratar de buscar una solución. La cita la concretaron mediante las redes sociales. Aunque en un principio pretendían hacer una primera reunión a las 14.00, justo al finalizar el evento oficial, finalmente prefirieron posponer la asamblea a las 16.00. Así, varias decenas de personas se reunieron bajo el lema “Ez goaz etxera” frente a la Diputación guipuzcoana.

Al principio era un gran grupo que luego se dividió en otros más pequeños para poder debatir más fácilmente. El objetivo era pensar qué dinámica seguirán a partir de ahora. Así, decidieron que se reunirán cada día en la Plaza Gipuzkoa a las 19.00. Aunque el grupo reunido ayer ya era bastante grande –unas 250 personas– esperan que a medida que vayan pasando los días su fuerza aumente. Para poder gestionar mejor la iniciativa decidieron hacer grupos de trabajo: el que se ocupará de la comunicación, de las cenas, de ordenar la zona, de preparar iniciativas concretas, de establecer conexiones con otras plataformas similares...

Un grupo de personas se mostraron, además, dispuestas a pasar la noche en la plaza, por lo que acudieron con sacos de dormir, esterillas y tiendas de campaña. Las patrullas de la Ertzaintza no les quitaban ojo.N.B.