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El Gobierno de Renzi se somete a un examen electoral en las municipales

Italia vivió ayer una jornada electoral para renovar los ayuntamientos de importantes ciudades como Roma o Milán en unos comicios planteados como una examen al Gobierno de Matteo Renzi, a pesar de que este haya rechazado tal consideración.

Alrededor de trece millones de italianos votaron ayer para renovar las administraciones locales de 1.342 municipios, entre ellos 25 capitales de provincia y siete capitales de región: Roma, Milán, Bolonia, Nápoles, Cagliari, Triste y Turín. Está prevista una segunda vuelta el 19 de junio en las ciudades de más de 15.000 habitantes en las que ningún partido alcance el 50 % de los votos.

Estas elecciones se entienden como un examen al grado de aprobación del que goza el Ejecutivo de Matteo Renzi, quien gobierna sin haberse presentado a las elecciones, del mismo modo en que lo hicieron sus antecesores en el cargo, Mario Monti y Enrico Letta.

Renzi, en cambio, ha insistido en varias ocasiones en que estos comicios no son en ningún caso un plebiscito sobre su gabinete si bien, sus contrincantes políticos y los analistas, a falta de elecciones generales, se empeñan en defender lo contrario.

La mayor atención se centra en Roma, que refleja la fragmentada situación política que vive el país, al contar con cinco candidaturas, más que en el resto de ciudades, a causa principalmente de las divisiones internas en la izquierda y en la derecha. Además, se trata de un ayuntamiento intervenido desde el pasado noviembre debido a sus incontables polémicas, las infiltraciones mafiosas, su tempestuosa gestión y a una ruinosa situación financiera.

Ante esta situación, la gran favorita en todos los sondeos era la candidata del Movimiento Cinco Estrellas (M5S), Virginia Raggi, quien de confirmarse los pronósticos, daría al partido populista fundado por Beppe Grillo su primera capital de calibre. Renzi apoyó en Roma al candidato de su formación, el Partido Demócrata, Roberto Giachetti, que venció unas discutidas primarias y que tiene como contrincante, entre otros, a un antiguo correligionario: Stefano Fassina.

Fassina, viceministro de Economía en el Gobierno de Letta, se presenta como cara visible de una lista de izquierdas después de abandonar el PD por sus discrepancias con el primer ministro, aunque lo hace con pocas posibilidades de éxito. Por otro lado, en la derecha, concurrían la lista la del millonario Alfio Marchini, apuesta de Silvio Berlusconi, o la de Giorgia Meloni, líder de la ultraderechista Hermanos de Italia.

Estas dos listas reflejan las frustradas negociaciones que han llevado a cabo en los últimos meses para alcanzar un acuerdo y presentarse juntos.