Raimundo Fitero
DE REOJO

Niebla

Veo salir gorilas de la niebla de mi plasma. Esos gorilas a veces se me convierten en gatitos y otras en moscas azules. No puede ser el gazpacho. Debe ser la sobre exposición a las generalidades de campaña que producen delirios. Francia está en ebullición. Las calles vuelven a estar repletas de gorilas armados hasta en la conciencia. Estos gendarmes antidisturbios son en su atuendo y agresividad un disturbio republicano. Gorilas como decíamos siempre de esos montones de neuronas atrabiliarias que se pierden en cuerpos y cerberos sobredimensionados por la ignorancia y la instrucción militar. Han vuelto a aparecer los adoquines debajo del asfalto sintético. Y más abajo está la playa.

Con un país sellado por policía y ejército se produce un nuevo acto de esa violencia que no cesa y sobrecoge en este caso de París a cargo de un denominado por los propagandistas de la lucha ideológica como “lobo solitario”. Concepto que no explica otra cosa que la soledad y el fanatismo se puede retroalimentar. Cuanto más se sabe de la matanza de Orlando, más extraño parece todo. Y que me perdonen todas las víctimas y sus allegados. Quieren inculpar a su esposa porque conocía sus intenciones. Cierro este capítulo de asuntos varios con el suicidio de un inspector de la policía español en un restaurante chino. Un episodio tangencial. O no.

En la niebla política todo se convierte en orégano ideológico. Digo yo, en el no debate a cuatro no se pronunció la palabra ETA. Se da por amortizada, pero la dispersión sigue y el dolor añadido se incrementa. Pensando en el arco iris amenazado por la intransigencia y el odio me pregunto yo, al mentiroso ciudadano Albert Inda de la Rivera y su Primo, ¿qué idiotez le harán decir sus mentores sobre Venezuela ahora que Obama y su gobierno se acercan a Maduro?