Patxi IRURZUN
Elkarrizketa
VÍCTOR DE DIEGO
MÚSICO

«En la música, como todo en la vida, es el cómo más que el qué»

El saxofonista bilbaíno Victor de Diego, afincado en Barcelona desde hace años, acaba de publicar su último trabajo, Bittor, en el que junto a composiciones propias incluye versiones de Charlie Parker, Antonio Carlos Jobim o el popular «Txoria, txori» de Mikel Laboa, que vuela libre a ritmo de jazz.

“Bittor” es el séptimo trabajo del músico como líder y el segundo con Victor de Diego trío, formación que completan Jordi Gaspar al contrabajo y Gonzalo del Val a la batería. Como sideman o acompañante ha tocado el saxo con grandes de la música como Bebo Valdés, Omara Portuondo o Tete Montoliú. Este jueves estará en la Bilbaina Jazz Club de Bilbo y el viernes a las 21.30, en Mantxua Taberna de Lekeitio.

En «Bittor» hace un cóctel curioso y arriesgado, en el que los ingredientes parecen difíciles de combinar (desde Charlie Parker a Laboa, o composiciones propias). ¿Cómo surgió la idea de mezclar todo eso?

A priori puede parecer así, pero soy de los que creo que en la música como en casi todo en la vida es el cómo, más que el qué. En ese sentido siempre he concebido mi camino musical de esa manera. No escojo los temas o compositores tanto por el tema en sí, sino por lo que pueda ser capaz de hacer con ellos. En el fondo, tanto un tema de Charlie Parker como de Laboa o mío mismo son excusas para buscar cómo sonar a través de grooves, arreglos, lenguajes, etc. que surjan de experiencias musicales paralelas mías y de los músicos de la banda.

De hecho mantiene una clara voz propia a lo largo de todo el disco, que además titula «Bittor», con lo cual es evidente que tiene bastante de proyecto personal.

Es, efectivamente un proyecto personal en el cual pretendo reflejar la música que me gusta tocar, es decir, grooves, colores, más que composiciones, lo que ocurre es que me gusta utilizar temas de compositores variados para tratar de conseguir un sonido personal mío y de grupo.

Repite con la misma formación del disco anterior, ¿qué le ha aportado todos estos años juntos y el formato de trío?

Han aportado, así lo creo, personalidad a la música que hacemos, un sonido personal, conseguido a través de infinidad de ensayos, sesiones, conciertos, que han hecho que acabemos conociéndonos muy bien, de manera que tenemos más facilidad para intuir por dónde queremos ir juntos en cada momento.

Es un trabajo sin instrumentos armónicos, para los más profanos ¿qué implica eso?

Tocar sin un instrumento armónico supone un color diferente, ni peor ni mejor, ni más o menos completo. No invento nada nuevo, grandes músicos han explorado este formato, Sonny Rollins, Coltrane, Joe Henderson, Brandford Marsalis, Mark Turner, Chris Potter…prácticamente todos los saxofonistas en algún momento han tocado de esta forma. Supone en cierto modo más libertad para explorar sonoridades diferentes…bien entendido, “todo suena bien”. Si pensamos que la música es ritmo, melodía y armonía, el saxo, es melodía, el contrabajo armonía y la batería ritmo, aunque obviamente también podemos y solemos intercambiar esos papeles. También se podría decir que hay más “espacio” para probar sonoridades o colores que con un instrumento armónico presente estarían más condicionados. Que no parezca que prefiero tocar así que a cuarteto o quinteto, toco a gusto en cualquier formato, es una cuestión de sonoridades diferentes.

Ha trabajado con grandes nombres del jazz y de la música ¿Cómo se compatibilizan las dos facetas, compositor e intérprete y qué es lo que cada una de ellas le aporta?

Efectivamente he tenido la oportunidad de tocar con grandes músicos y artistas, incluso ídolos de juventud y también actuales, los músicos a los que he querido parecerme como Phil Woods, Dick Oatts y muchos otros. Realmente mi faceta como compositor es mucho más pequeña que la de intérprete, es en los escenarios donde me encuentro más a gusto. Disfruto igualmente como líder que como sideman, siempre que la propuesta musical sea de calidad.

Lleva ya mucho tiempo afincado en Barcelona, pero en sus disco siempre hay alguna referencia a sus orígenes

Ciertamente. Soy euskaldun de Bilbao hasta la médula, vivo en una ciudad maravillosa que es Barcelona, a la que le estaré eternamente agradecido por ser la ciudad donde he podido desarrollarme como persona y como músico, pero soy de Bilbao, de Euskal Herria, y siempre que pueda aportaré mi granito de arena a engrandecer ese maravilloso país donde nací y que llevo en mi sangre para siempre.

En el caso de Txoria txori, desde luego no le ha cortado las alas al pájaro, lo ha dejado ser pájaro, volar… ¿Cómo se enfrenta a un tema tan versionado y que es casi como un tótem de la cultura vasca?

Tal y como comentaba antes, entiendo la música por cómo se interpreta una melodía, un tema, por cómo un músico o un grupo de músicos es capaz de aportar su sabiduría y conocimiento de lenguajes diferentes para crear uno nuevo, digámoslo así. Esa es la grandeza de la música, o mejor dicho, esa es la música que me interesa, la que es capaz de sonar completamente diferente dependiendo de qué músico la interpreta. Con “Txoria txori” he querido interpretar esa bellísima canción con una letra más maravillosa si cabe, aportando mis experiencias musicales que vienen de otros orígenes. No siempre funciona (esta vez espero que sí, claro) pero, insisto, es la manera en que me gusta hacer música