El boicot a Israel se cuela y protagoniza, dentro y fuera, el festival Eurovisión

La final de Eurovisión, ayer por la noche, estuvo claramente marcada por la masacre de Israel en Gaza, que se coló tanto dentro del recinto como en sus afueras, en la ciudad sueca de Malmö. Fuera, miles de manifestantes pidieron el boicot a Israel en el certamen musical, con momentos de tensión que se saldaron con la detención de varios activistas, entre ellos Greta Thunberg.
Dentro, la actuación de la representante israelí, Eden Galan, fue ampliamente abucheada, como ha ocurrido a lo largo de todo el festival.
Antes, la organización apartó a la delegación israelí, después de que trabajadores y miembros de los equipos de otros países denunciasen que los israelíes grabaron y amenazaron a cualquiera que mostrase su apoyo a Palestina, incluido a un trabajador de la televisión pública española.
Pese a ello, los guiños a los palestinos fueron constantes, con la representante de Irlanda, Bambie Thug, en lugar destacado. Los portavoces de países como Noruega y Finlandia, además, renunciaron a intervenir como forma de protesta.
El certamen seguía al cierre de esta edición en medio de un considerable caos, el cual llevó a los organizadores a prohibir todas las banderas, incluida la de la UE, lo que provocó la protesta de Bruselas.

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