GARA
kabul

Kabul promete ahora investigar la explotación sexual de niños en la Policía

Las presiones internacionales han cambiado al postura del Gobierno afgano, que ahora promete investigar las denuncias de explotación de menores como esclavos sexuales por parte de la Policía. Según las denuncias recogidas por AFP, los talibanes también aprovechan la práctica conocida como «bacha bazi» para utilizar a los menores en ataques.

El Gobierno afgano ha prometido una «investigación minuciosa» ante las acusaciones de explotación de jóvenes como esclavos sexuales por parte de policías bajo la práctica del «bacha bazi» («juego con niños» en dari, una de las lenguas oficiales). «Quienquiera que sea culpable será perseguido y condenado, sin consideración del grado, conforme a derecho afgano y a nuestros compromisos internacionales», afirmaron fuentes del palacio presidencial.

Sin embargo, el pasado setiembre, cuando diarios estadounidenses denunciaron la esclavitud sexual de estos jóvenes con la connivencia del Ejército de EEUU, las autoridades afganas dieron una respuesta muy diferente; rechazaron la acusación como «falsa e injusta» y no le dieron credibilidad.

El «bacha bazi» consiste en utilizar a menores de entre 10 y 18 años como esclavos sexuales, y en actividades de entretenimiento como el baile o servir el té, que los hombres utilizan como símbolo de estatus.

Los talibanes, también

Según fuentes de la agencia AFP, los talibanes también se aprovechan de esta explotación reclutando a estos menores para atacar a las fuerzas policiales, sobre todo en la provincia meridional de Uruzgan, según policías, jueces y autoridades, si bien los insurgentes lo niegan.

El cambio de postura de Kabul y la decisión de abrir una investigación –para la que no ha concretado fechas– llega después de presiones de congresistas de Estados Unidos pidiendo medidas inmediatas y de la advertencia de la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán.

Pero también unas semanas antes de dos conferencias internacionales en Varsovia y Bruselas cruciales para renovar la ayuda que recibe el país, cuyas fuerzas de seguridad dependen en gran medida del apoyo militar y financiero exterior. La falta de respuesta al escándalo dejaría en mal lugar a los donantes.