Luiz Inacio Lula da Silva será llevado a juicio por intentar obstruir las investigaciones de trama de corrupción en Petrobras.

Es la primera vez que el fundador del Partido de los Trabajadores (PT), que presidió Brasil de 2003 a 2010, irá a juicio en relación al escándalo que defraudó a Petrobras durante una década, por más de 2.000 millones de dólares, para beneficiar a decenas de políticos, empresarios y funcionarios de la petrolera.

El juez Ricardo Leite aceptó también una denuncia por obstrucción a la Justicia contra otras seis personas, entre ellas el banquero André Esteves, el empresario ganadero José Carlos Bumlai y el exlíder del PT en el Senado Delcidio do Amaral.

Tras enterarse de la decisión judicial, el expresidente insistió en su inocencia. «Dudo que haya alguien más cumplidor de la ley que yo. Solo quiero respeto», dijo. «Lo que hacen es venganza política. El objetivo de todo esto es sacar a Lula de la campaña de 2018» a la Presidencia agregó.

Según sus abogados, Da Silva ya aclaró que «jamás interfirió o intentó interferir en testimonios relativos al Lava Jato». Añadieron que la acusación «se basa exclusivamente en la delación premiada de un reo confeso y sin credibilidad, que hizo acuerdo con el Ministerio Público Federal para ser transferido a arresto domiciliario», en referencia a Do Amaral, que afirmó que Lula, Esteves y Bumlai, entre otros, se confabularon para intentar comprar el silencio del exdirectivo de Petrobras Nestor Cerveró, que iba a firmar un acuerdo con la Justicia y proporcionar detalles de cómo funcionaba el esquema de sobornos.