Accademia del Piacere se presenta a sí mismo como «el grupo de vanguardia de la música antigua española y uno de los más punteros de Europa, gracias a su renovada concepción de la música antigua». Los conjuntos de música antigua, una vez superada la etapa filológica del movimiento, comenzaron a tomar prestadas ideas y terminología de la música contemporánea para justificar unas versiones que eran cada vez más creativas y libres, pero es la primera vez que leo el término “vanguardia”, ese feo concepto militar, ligado a un grupo de música antigua. Que se pueda ser vanguardia tocando músicas del siglo XVII es un misterio que habrá que aclarar, pero, en cualquier caso, los miembros de Accademia del Piacere no hicieron nada que superase en atrevimiento a las prácticas de conjuntos como Forma Antiqva o el Euskalbarrokensemble, por citar solo dos de los más conocidos por estos lares.

Fahmi Alqhai es un violagambista excepcional y todo el peso del espectáculo cayó sobre sus hombros. Dio un repaso al repertorio solista principal para la viola da gamba, aquel que escribieron el “angelical” Marin Marais y el “diabólico” Antoine Forqueray, de ahí el título del programa.

Alqhai abordó estas complejas creaciones con pasión, conocimiento, imaginación y sin miedo a improvisar y adornar, siempre de una manera sutil. Los otros dos miembros del grupo, con el clave y otra viola da gamba, se limitaron a acompañarle en esa forma difusa y borrosa que, como si aquí no se aplicasen las reglas de la música de cámara, es habitual en este repertorio. Fue un bonito espectáculo, por supuesto nada novedoso, salpicado de simpáticos comentarios del propio Alqhai.