Mikel ZUBIMENDI
DONOSTIA
UNA NUEVA VÍCTIMA DE LAS PISTOLAS TÁSER

La Policía mata con una Táser al exjugador de la Real Dalian Atkinson

En un caso que ha conmocionado al mundo del fútbol y que traerá mucha cola, la Policía británica mató ayer con una pistola Táser a Dalian Atkinson, conocido exfutbolista que, entre otros equipos, militó en la Real Sociedad. Con esta muerte, de trasfondo racista, la polémica por el abuso de las pistolas eléctricas está servida.

El exjugador inglés de la Real Sociedad Dalian Atkinson, que militó en el club txuriurdin en la temporada 90/91, falleció ayer a los 48 años tras recibir un disparo de la Policía británica con una pistola eléctrica Táser, un arma oficialmente «no letal» capaz de aplicar una descarga de 50.000 voltios.

Al parecer, dado que las circunstancias exactas en las que se produjeron los hechos no se conocen, Dalian Atkinson iba a visitar a su padre de 85 años en la localidad inglesa de Telford, condado de Shropshire. Según la Policía, se habría recibido una llamada de alerta por una discusión en la que estaba en juego la «seguridad de un individuo».

No se han desvelado los detalles de lo que ocurrió en ese momento, ni la razón por la que dispararon al exjugador de la Real con una Táser. Los servicios médicos informaron que murió hora y media después de haber sido alcanzado por la descarga eléctrica, y que sufrió una parada cardíaca camino del hospital, donde ingresó ya cadáver.

Dejó huella en Donostia

Atkinson, un jugador rápido y explosivo, fue muy querido en Donostia, donde lo apodaron Txipiron. La Real pagó 340 millones de las antiguas pesetas por sus servicios al Sheffield Wednesday y llegó junto con el centrocampista Kevin Richardson a un equipo donde ya jugaba su compatriota John Aldridge. En los 29 partidos que disputó marcó una cifra considerable de doce goles.

Lo cierto es que en Donostia solo se pudo disfrutar a Txipiron Atkinson durante una temporada. El club no estaba contento con su comportamiento extradeportivo y sus salidas nocturnas al volante de su Porsche rojo con el que atropelló a una mujer mayor antes de darse a la fuga. Se sigue recordando también entre los aficionados txuriurdin, además de su impresionante velocidad y sus grandes goles, cómo empotró el coche que cedía el club a todos los jugadores contra la barandilla de la Concha o cómo volaban por Donostia los quesos de Idiazabal que le regalaban por marcar goles, tras lanzarlos por la ventanilla de su vehículo.

Conmoción global

La vida deportiva de Atkinson fue la de un trotamundos que dejó buen recuerdo allá por donde pasó. Debutó en el Ispwich Town antes de fichar por el Sheffield Wednesday. De ahí pasó a la Real para fichar al año siguiente por el Aston Vila y emigrar tras cuatro años al Fenerbahçe turco. De ahí al Metz francés antes de fichar por el Al-Ittihad saudí y terminar su carrera en el fútbol coreano.

Las muestras de condolencia no se hicieron esperar. Clubes en los que militó, entre ellos la Real, estrellas con las que compartió equipo y los más grandes del fútbol inglés hicieron públicos mensajes de recuerdo y solidaridad con su familia.

Aunque la Policía va a llevar a cabo una investigación interna, las derivadas políticas del caso no tardaron en hacerse presentes. Activistas del movimiento Racism Ruins Lives adelantaron evidencias innegables: «Atkinson era negro, murió a manos de la Policía, y como ocurre en EEUU, en Gran Bretaña también la muerte de gente negra en custodia o durante el arresto policial es desproporcionadamente mayor, lo cual es una muestra de una política racista».

50.000 voltios durante 5 segundos y aún le llaman «arma no letal»

Las pistolas eléctricas o Táser (según su nomenclatura en inglés) son un nuevo tipo de arma que se está incorporando con cada vez mayor frecuencia al arsenal de la Policía. Según sus defensores, su virtud radica en que son mucho más efectivas que otras «no letales» como las porras o las sustancias tóxicas, y que son la mejor alternativa a la política de «tirar a matar».

Pero, ¿están realmente todas las personas capacitadas para recibir una descarga de 50.000 voltios durante cinco segundos? ¿También las que sufren factores intervinientes como cardiopatías o hayan consumido previamente ciertas drogas? ¿Puede seguir considerándose (y comercializando) las Táser como un «arma no letal? La polémica está servida.

Con una fuente de poder de 26 vatios, que alimenta tanto el mecanismo de inducción eléctrica como la mira láser, cuando se acciona libera a 190 kilómetros por hora dos pequeños arpones unidos al arma mediante hilos electroconductores que descargan en la víctima la potencialmente mortal descarga. Cuando menos, originan una pérdida de control muscular y un atolondramiento generalizado.

Tremendamente adictiva para los policías, han sido utilizadas contra alumnos «indisciplinados», personas con sus capacidades mentales perturbadas, presos políticos o, simplemente, contra quien se atreva a discutir con los agentes. Un abuso letal a la luz de todas las pruebas forenses y una «mina de oro» para el fabricante, la compañía Taser International.M.Z.