Los líderes reunidos en la cumbre del G20 en Hangzhou apelaron al conjunto de estados a reforzar la ayuda humanitaria a los refugiados y, «en función de sus propias capacidades, aumentar su ayuda a las organizaciones internacionales competentes». Los países del G20, que representan el 85% de la riqueza mundial, también reiteraron su llamamiento a «abordar las causas profundas de la crisis de los refugiados» y «compartir las cargas correspondientes».

Pese a las buenas palabras, se trata de un compromiso no vinculante. «Hay una diferencia entre el compromiso y la concretización, pero al menos aparece» en la declaración final, señalaba un diplomático europeo a AFP.

De hecho, la vaguedad del compromiso y el contraste con la política real de los estados más ricos hacia los refugiados hizo que Amnesty International (AI) calificara el llamamiento como «hipócrita». «Parece que algunos países del G20 dicen una cosa en público y otra cuando las puertas se cierran», criticó.

Solo 27 países cuentan con un programa de reasentamiento para refugiados, de los cuales tan solo nueve participan en la cumbre del G20.

«La declaración del G20 sobre que la carga de los refugiados debe ser compartida resulta vacía, ya que la mayoría de estos países no están asumiendo su parte de responsabilidad en lo que concierne a la crisis de los refugiados», denunció AI.

Entre los participantes en la cumbre, solo Canadá ha mostrado «verdadero interés« en acoger y reasentar a refugiados procedentes de Siria, Irak y otros países de Oriente Próximo, indicó la organización. Desde finales de 2015, ya ha acogido a más de 25.000 personas.

Además, denunció que muchos miembros del G20 están bloqueando propuestas para ayudar a los refugiados. «China, Rusia y la UE han preferido seguir siendo parte del problema y priorizar sus intereses», criticó la organización, que pidió a los líderes mundiales que dejen de boicotear el reasentamiento de los refugiados y comiencen a aprobar medidas concretas a nivel global. El pasado domingo, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, advirtió de que las capacidades de acogida de refugiados en Europa están «próximas a sus límites» –a pesar de que están muy lejos de las cifras que acogen países como Líbano, Jordania o Turquía–.

Sin avances sobre Siria

Siria también centró la cumbre del G20, donde las negociaciones entre el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, y el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, fracasaron, después de que el domingo Washington acusara a Moscú de haber dado marcha atrás en algunos puntos de las negociaciones.

Sin embargo, ambos presidentes, Barack Obama y Vladimir Putin, quisieron ofrecer una imagen más optimista y mencionaron «cierto acercamiento».

«Hemos tenido conversaciones productivas sobre lo que sería un verdadero cese de las hostilidades», dijo Obama tras entrevistarse con Putin. «Hay cierta comprensión de lo que podríamos hacer para bajar la intensidad de la situación en Siria», declaró el presidente ruso.

Otro actor en el conflicto sirio –y ya de forma directa–, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, aprovechó su presencia en China para insistir ante sus homólogos estadounidense y ruso en su idea de establecer «una zona de aérea» en el norte de Siria, algo que lleva reclamando hace meses, con el objetivo de impedir que las fuerzas kurdas puedan establecer una zona autónoma.

Declaración de intenciones contra el proteccionismo

Los líderes del G20 salieron en defensa de la globalización y el libre comercio como mejor fórmula para estimular el crecimiento, una declaración poco convincente en un contexto marcado por el proteccionismo en muchos países del mundo, incluidos los propios miembros del G20. «Hemos acordado (...) apoyar un sistema comercial multilateral y oponernos al proteccionismo», dijo el presidente chino, Xi Jinping. Más contundente fue la directora del FMI, Christine Lagarde, que denunció los «ataques populistas» contra la globalización. Desde 2008-2009, el crecimiento de los intercambios comerciales está estancado por debajo del 3%, frente al 7% de las últimas dos décadas. «La mundialización no solo tiene connotaciones positivas, también implica grandes desigualdades», admitió Angela Merkel. Los nuevos líderes de Brasil y Argentina también alabaron las reformas liberalizadoras. Michel Temer anunció un plan de privatizaciones en Brasil mientras que Mauricio Macri abogó por «combatir el proteccionismo en todas sus formas, incluido el agrícola». El G20 también criticó el dumping, cuestión delicada en la que la UE y EEUU se enfrentan al problema del bajo precio del acero chino. Por su parte, la primera ministra británica, Theresa May, empezó a buscar alianzas comerciales tras el Brexit y anunció negociaciones con India, México, Corea del Sur y Singapur.GARA

Expulsado de la frontera, el ISIS lanza en Siria una cadena de atentados

El Estado Islámico (ISIS) llevó a cabo una serie de atentados casi simultáneos en Siria que causaron al menos 48 muertos en zonas bajo control del régimen o de fuerzas kurdas, en un momento en el que el ISIS ha perdido todos los pasos que tenía a lo largo de la frontera turca, después de que Ankara facilitara el avance de los grupos armados a los que ampara. En Tartus, un bastión del régimen en la costa, los yihadistas atacaron primero con un coche bomba y luego un kamikaze se inmoló cuando se acercaron más personas a ayudar a los heridos, provocando 35 muertos. En Hassaka, ciudad casi totalmente en manos de milicias kurdas, murieron otras ocho personas. El ISIS también golpeó un barrio alauí en Homs, en el centro del país, con un coche bomba, y Damasco.GARA