Siete refugiados, cinco menores de edad y dos adultos, resultaron heridos en los disturbios registrados en la madrugada de ayer en el campamento de Moria, en la isla griega de Lesbos. Las condiciones de retención, el hacinamiento y la falta de perspectivas claras para su puesta en libertad se sitúan en el origen de los incidentes.

Los enfrentamientos empezaron a la medianoche en el sector donde están los menores no acompañados cuando un grupo de adolescentes sirios no acompañados fueron agredidos por unos afganos de la misma edad, y acabaron extendiéndose por el resto del centro.

De los 4.100 refugiados que están en el centro de Moria –con capacidad para 2.500–, 3.650 pueden salir y circular libremente en la isla de Lesbos por haber cumplido el máximo de los 25 días de retención previsto por la ley. Pero esta disposición, puesta en marcha tras el acuerdo de devolución firmado entre la Unión Europea y Turquía, no se aplica a los 130 menores de edad no acompañados, quienes deben permanecer retenidos mientras se examina su solicitud de asilo, por lo que algunos llevan cinco meses recluidos «por su propia seguridad», declaró a Efe la directora del centro de Moria, Anzí Karaguelí.