Durante más de cinco horas varios canales de la televisión pública catalana estuvieron retransmitiendo en directo la manifestación, los discursos y los conciertos por la Llibertat que se celebraron en cinco poblaciones catalanas por la Diada y proclamar abierto el camino para la República catalana. En uno de esos canales estuvieron dos horas de debate posterior con presencia de representantes militantes o cercanos a todas las tendencias políticas, incluido el PP. En otros canales catalanes el asunto fue tratado con la misma seriedad y escuchando a todos cuantos hablaron uno se va enterando algo de lo que realmente está sucediendo.

Pero si se cambiaba de canal, se metía en el torbellino de la torpeza española para analizar una realidad incuestionable, se puede convenir de que se están viviendo varios síndromes encadenados, que además de vivir en una mentira que hace creerse los datos dados por la delegación del Gobierno español asegurando que se juntaron solamente trescientos setenta mil, cuando los datos de las policías municipales superaban por poco los novecientos mil y los organizadores hablaban de algo más de un millón. El culmen de la obsesión, de lo tendencioso, lo protagonizó Ana Pastor y su mal titulado “El objetivo”, que intentó todo por convertirla en un fracaso. Dos entrevistas le desmintieron pero ella no cambió su guión. Ada Colau fue la estrella de este día y estuvo en el programa de La Sexta y desmintió con argumentos la obcecación de la periodista rodillo. No saben descifrar lo simple. Los que salieron a la calle lo hicieron de manera festiva y quieren una República. Los partidos del españolista no admiten que debido a los catalanes llevan casi un año sin gobierno y que no lo tienen fácil si no les atienden adecuadamente. Llegan tarde para casi todo. Menos para la represión ciega.