Mikel INSAUSTI
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La mujer bipolar (con o sin alcohol)

Ha habido que esperar hasta la última sesión a concurso para dar con la indiscutible merecedora para llevarse la Concha de Oro. De todos los participantes el coreano Hong Sang-soo era el que más prestigio acumulaba en los festivales internacionales, y como la maestría es un grado, ha terminado por marcar la diferencia con respecto a sus rivales gracias a su a todas luces redonda “Yourself and Yours”. No sé si es el mejor de la aproximada veintena de títulos que componen su filmografía, pero coincide con su momento creativo más pletórico, tal como ya avanzaba su anterior “Ahora sí, antes no” (2015).

Del singular autor coreano se ha dicho que es el Rohmer o el Allen asiático, pero ya es hora de reconocer que Hong Sang-soo solo hay uno. Sus películas parecen pequeñas, pero a veces no hay que confundir lo económico con lo simple. Él hace que su cine pase por fácil, debido a que convierte la narrativa en un juego, claro que de tanto practicar se ha convertido en una malabarista. No sabe contar historias de forma convencional, porque ha hecho de la experimentación un auténtico disfrute. Se entretiene duplicando relatos, desdoblando personajes, haciendo variaciones sobre un mismo tema o situación, en un sinfín de posibilidades infinitas que nunca se agotan.

De acuerdo con el título para el mercado anglosajón de “Yourself and Yours”, la versión en castellano se va a llamar “Lo tuyo y tú”. Creo que se adecua como juego de palabras a la idea esencial del cine del maestro coreano, según la cual en cuanto individuos no nos reconocemos ni a nosotros mismos, por lo que no podemos pretender que nos entiendan los demás. De ahí que muchos de los diálogos que presenta resulten confusos o contradictorios, como si las palabras traicionaran a quienes las pronuncian, o sus pensamientos no encontrasen la expresión precisa o más convincente.

En todas las películas de Hong Sang-soo el alcohol pone fondo o alimenta la conversación, y en “Yourself and Yours” cobra ya un protagonismo determinante, en la medida en la que provoca la bipolaridad de la protagonista. La misteriosa Min-jung se transforma cuando bebe en otra persona, hasta tal punto que cuando se dirigen a ella por su nombre no contesta, haciendo ver que no es la tal Min-jung, tal vez una hermana gemela. También es sabido que el cineasta siempre utiliza un alter-ego, que no falta tampoco en esta ocasión. Es uno de los sujetos que cree identificar a la protagonista, y como el resto tampoco consigue confirmar dicha apreciación, llegando a sentir que todo forma parte de un equívoco. Es más, el propio novio de Min-jung cede al final en sus intentos por convivir con ella en su estado sereno, así que preferirá aceptarla como una desconocida, precisamente la bebedora a la que trataba en vano de corregir su conducta etílica. La Min-jung abstemia no era ella misma, o se sentía coartada al verse sometida a controles de alcoholemia domésticos. Lo que Hong Sang-soo viene a decirnos es que dentro de la pareja no se puede intentar cambiar al otro, siendo mejor dejar que lleve a cabo su propia búsqueda.

Honi buruzko guztia: «