Un atentado atribuido por las autoridades al PKK causó ayer al menos 19 muertos al estallar un coche bomba. Según el primer ministro turco, Binali Yildirim, en el ataque murieron diez soldados turcos, ocho civiles y el autor del ataque. Además, hubo 27 heridos, entre ellos once militares. La guerrilla elevó la cifra de militares muertos a 32.

El atacante hizo estallar el coche bomba contra un control de carretera al lado de una gendarmería en la provincia de Hakkari. «El ataque se realizó con una camioneta cargada con cinco toneladas de explosivos y conducida por un atacante suicida», aseguró Yildirim.

El conductor intentó lanzar la camioneta contra la comisaría, pero los disparos de los militares hicieron que el vehículo acabara estallando delante del edificio, según la cadena NTV.

La explosión dejó un cráter de seis metros de profundidad y diez metros de diámetro, mientras que numerosos edificios cercanos sufrieron daños importantes por la onda expansiva de la explosión.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, afirmó que el PKK «está buscando intensificar los ataques, careciendo de todo valor humano o moral». El Ejército lanzó una amplia operación militar con apoyo aéreo en la zona y aseguró haber abatido a ocho guerrilleros en esa misma provincia, en la que realiza un amplio operativo desde el pasado 4 de octubre.

Además, el sábado murieron cuatro civiles en Yüksekova, cuando un coche patrulla de la Policía empezó a disparar contra una tienda de muebles en el centro urbano. Según las autoridades, la ametralladora, montada encima del blindado, empezó a disparar «sola».