Las fuerzas israelíes han llevado a cabo redadas en las que han detenido a decenas de palestinos tras el ataque del domingo en Jerusalén, en el que Misba Abu Sbeih, un palestino de 39 años, abrió fuego matando una mujer y un policía y dejando cinco heridos. A su vez, la Policía mató al atacante poco después.

Miembros de la familia del atacante, palestinos que querían participar en las celebraciones en su memoria, y otras personas acusadas de haber lanzado piedras y cócteles molotov contra las fuerzas de seguridad fueron detenidas en las horas siguientes. Las fuerzas de seguridad tomaron las medidas de la casa de Misba Abu Sbeih para ser demolida, lo que motivó las primeras protestas.

Otros 16 palestinos fueron arrestados durante la noche en Cisjordania.

El ataque ha aumentado los temores de Israel a una nueva ola de violencia antes de las celebraciones judías del Yom Kippur, que empieza esta noche, y el Sucot, a partir del domingo.

La policía anunció el despliegue de más unidades y prevé que más de 3.000 policías patrullen en la ciudad durante las celebraciones.

Las autoridades temen que otros palestinos sigan el ejemplo de Misba Abu Sbeih, militante activo de la defensa de la explanada de las Mezquitas ante las entrada de judíos que los palestinos consideran una provocación y que podría repetirse durante las fiestas judías. Pertenecía al mourabitoun, movimiento de musulmanes que se proponen proteger este espacio y que Israel prohibió en 2015 con la acusación de incitar al odio. De hecho, pasó un año en prisión por estas actividades y el domingo debía ingresar de nuevo en la cárcel.