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Incertidumbre en Tailandia tras la muerte del rey y la duda del heredero

La muerte del rey de Tailandia Bhumibol Adulyadej –con un estatus semidivino y considerado un pilar de la unidad nacional– sume al país, muy dividido políticamente y bajo un gobierno golpista, en una incertidumbre que aumentó el príncipe heredero al pedir «tiempo».

El rey de Tailandia Bhumibol Adulyadej murió ayer después de 70 años de reinado que hacen de la suya la monarquía más antigua del mundo en ejercicio. La petición de su hijo de un «periodo de duelo» antes de ser coronado y la afirmación del Gobierno de que la sucesión debe esperar «el momento oportuno» aumentaron la incertidumbre en un país muy dividido.

Al conocerse la noticia todas las cadenas de televisión interrumpieron sus emisiones y cientos de personas se congregaron en el entorno del hospital Siriraj, entre escenas de llanto y duelo. Con 88 años y un estatus de semidiós, Bhumibol Adulyadej estaba considerado el único cimiento de una nación muy dividida políticamente.

De forma inesperada, el príncipe heredero Maha Vajhiralongkorn pidió tiempo antes de asumir el trono, según el jefe de la junta militar, el general Prayut Chan O-Cha, que anunció un período de duelo de un año.

El estatus semidivino del fallecido rey era fruto de décadas de culto a al personalidad y una durísima ley de «lesa majestad», que reprime cualquier crítica con sentencias de hasta 15 años de cárcel y que ha sido más aplicada aún desde el golpe de estado de 2014, justificado precisamente por los militares como «defensa de la monarquía».

El rey, que ha conocido 19 golpes de estado o tentativas durante su reinado aprobó el del general Chan O Cha. Lo que ocurre en palacio es tabú y, sobre todo, su colosal fortuna. Sus retratos son omnipresentes en calles, hogares y escuelas. Los niños siguen durante años enseñanzas especialmente dedicadas a la familia real, impregnadas de devoción. Sus últimos diez años de reinado han estado marcados por una gran inestabilidad política y el enfrentamiento entre seguidores y detractores del ex primer ministro Thaksin Shinawatra, que ha ganado todas las elecciones pese a la oposición de las élites urbanas y los militares.