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Los portorriqueños de Florida, decisivos en las elecciones

Florida será uno de los estados clave en las elecciones presidenciales de EEUU, en las que el ganador se lleva todos los votos electorales de cada uno de ellos. Y en este caso, la comunidad portorriqueña, con inclinación sobre todo demócrata y que ha aumentado de manera notable en la última década, puede jugar un papel clave si acude a votar. Además, la hostilidad que ha provocado Donald Trump en la comunidad hispana no ayuda a los republicanos.

Los voluntarios que intentan movilizar a los electores hispanos para votar dentro de tres semanas en las elecciones presidenciales actúan en el centro de Florida, conscientes de que esta comunidad podría decidir quién accederá a la Casa Blanca.

Desde las elecciones de 2012, la dura crisis financiera que afectó a Puerto Rico empujó a miles de habitantes de la isla a instalarse en Florida. Esta población portorriqueña es ferviente seguidora de Hillary Clinton y puede ser clave para que este estado –uno de los cruciales en la votación– se incline por la ex secretaria de Estado.

Ana Iris Vazquez, de 54 años, recibe en Orlando a dos mujeres que trabajan para Mi Familia Vota, una ONG que intenta convertir a los hispanos no inscritos en electores. «Por Hillary», exclama Vasquez, cuando le preguntan por su voto. «Si votara por ese hombre (Donald Trump), todos estaríamos condenados», dice sonriente.

Un millón de personas de origen latinoamericano se ha instalado en Florida desde 2012, la mayoría llegadas de Puerto Rico, hundido por una deuda gigantesca. Muchos han elegido la región de Orlando para rehacer su hogar. «La migración de los portorriqueños ha tenido ya un impacto enorme sobre el número de hispanos inscritos en las listas electorales en el centro de Florida», constata Mark Hugo Lopez, director del Pew Hispanic Research Center.

Son ciudadanos estadounidenses y tienen derecho a votar en EEUU, al contrario que inmigrantes extranjeros que deben obtener la ciudadanía en un proceso que puede durar muchos años. Actualmente, 1,9 millones de hispanos se encuentran inscritos para votar, lo que supone el 15,4% de los electores de Florida. Según Pew, entre 2006 y 2016, su número ha aumentado un 61%. Y la gran mayoría son demócratas.

Estados clave

El sistema electoral en EEUU se basa en un voto indirecto. Los ciudadanos no eligen Clinton o Trump sino a 538 electores en todo el país, que se comprometen a votar por ellos o por otros candidatos independientes. El candidato que obtiene la mayoría en cada estado se lleva todos sus electores, lo que convierte a algunos de ellos, con menores diferencias, en decisivos.

Los resultados electorales en Florida han sido en ocasiones muy apretados. En 2000, el republicano George W. Bush ganó allí –y en consecuencia la Presidencia– con solo 537 votos de diferencia sobre el demócrata Al Gore, en un maratoniano recuento no exento de recursos y denuncias. En aquella ocasión Florida fue uno de los 12 estados en los que el candidato ganador lo fue con menos del 5% de diferencia respecto a su oponente. Y el hecho de que quien gane en un estado se lleve toda su representación en electores directos hizo que, aunque Gore superara en votos a Bush en todo el país, perdiera las elecciones. Esto explica que los dos candidatos presten especial atención a su campaña en Florida, que cuenta con 20,2 millones de habitantes –el tercer Estado más poblado del país–, de los que la cuarta parte son de origen hispano. Más que su tamaño es su estatus de swing state, estado pendular que puede cambiar de un partido a otro en cada elección. El objetivo de los candidatos de hacer inclinar esa delicada balanza hacia su campo se hace aún más difícil dado lo heterogéneo de su electorado: el sur se inclina del lado demócrata, el norte del republicano y el centro está más dividido, incluso aunque ahora los portorriqueños aumenten la diferencia.

Según la media de los sondeos más recientes de RealClearPolitics, Hillary Clinton aventaja en 5,5 puntos a Trump a nivel nacional, pero en Florida el margen es solo de 3,5 puntos.

La campaña del republicano no ha hecho gran cosa por atraer el voto hispano, más bien al contrario, se ha ganado su hostilidad, y en particular la de los mexicanos, a los que calificó de criminales y violadores, a la vez que promete construir un muro en la frontera para impedir la inmigración. «Este hombre nos discrimina, nos denigra, ¿Qué diablos nos pasaría con él?, se preocupa Vasquez.

En la oficina de Mi Familia Vota de Orlando, una decena de voluntarios se prepararan para recorrer supermercados e ir de casa en casa. En la pared, carteles coloreados ilustran los 28.200 hispanos inscritos.

Según una reciente encuesta de Pew, el 58% de los hispanos inscritos para votar apoya a la candidata demócrata y solo un 19% al republicano. Pero el plazo límite para inscribirse ya ha pasado, así que esta organización trabaja ahora porque los inscritos se desplacen a las urnas el 8 de noviembre.

Clinton y Trump preparan el último y crucial debate

Hillary Clinton y Donald Trump se encontrarán hoy en el último debate televisado antes de las elecciones, la última oportunidad para el magnate de dar la vuelta a los sondeos, en los que sigue en desventaja tras su último escándalo machista. En este tercer debate de 90 minutos, que tendrá lugar en la Universidad de Nevada, en las Vegas, la deuda, la inmigración, la economía, el Tribunal Supremo, los puntos calientes en el mundo y la capacidad de cada uno para ser presidente serán los puntos de discusión.

Trump, que se siente «sin los grilletes» después de que líderes republicanos renegaran de él, llega al debate de nuevo envuelto en la polémica y ha continuado con una campaña incendiaria en la que denuncia incluso un fraude electoral. «Personas muertas hace diez años todavía votan, inmigrantes clandestinos votan. El fraude es muy, muy trivial», aseguró el lunes en un mitin en Wisconsin, lo que incomodó a algunos electos republicanos y provocó las críticas de la Casa Blanca. Pero la denuncia llega a su público, ya que el 41% de los electores y el 73% de los votantes republicanos creen que podría haber un fraude contra Trump, según un sondeo de “Politico”. Además, se enfrentan a nuevas denuncias por abusos sexuales. Clinton cuenta con sondeos cada vez más favorables, tanto a nivel nacional como en varios de los estados claves GARA