De enero a octubre de este año, se estima que más de 20.000 niños no acompañados y separados han llegado por mar a Italia. Ya son más que en todo 2015, cuando fueron en total 16.478, de los cuales 12.360 fueron menores acompañados.

Unicef alertó de que mientras en 2015 el 75% de los niños viajaron solos, este año son más del 90% los menores no acompañados. «Ha aumentado el número de niños que vienen de Egipto, aunque la mayoría siguen viniendo de Africa occidental», señaló. Remarcó que «la situación de los niños migrantes y refugiados en Italia es cada vez más desesperada», y advirtió de que «el sistema de protección infantil italiano está desbordado».

«Profundamente angustiados»

«Cada semana centenares de niños llegan aquí, y todos y cada uno de ellos tienen necesidades urgentes, desde el vulnerable recién nacido hasta el adolescente que viaja solo y que no sabe con qué se va a encontrar en una tierra extraña», aseguró Sabrina Avakian, responsable de protección infantil de Unicef en Calabria (Italia), donde evalúa las necesidades de los niños migrantes y refugiados, especialmente de los recién llegados.

«Llegan niños profundamente angustiados tras el viaje, han visto personas ahogarse, algunos tienen terribles quemaduras químicas de la gasolina de las lanchas. Los bebés y sus madres necesitan atención especial en lactancia, todos necesitan protección adecuada y acomodarse y, sencillamente, lleva demasiado tiempo», subrayó.

Puso como ejemplo del «drama constante de vida y muerte en el mar» el caso de una madre nigeriana en estado de shock «después de ver cómo sus dos hijos, de 3 y 4 años, se escurrieron de sus brazos y se ahogaron cruzando el mar desde Libia».

De acuerdo con las autoridades italianas, hasta el 12 de octubre, 144.000 refugiados y migrantes habían llegado a Italia.

«Más de 3.100 personas se han ahogado durante 2016 en el Mediterráneo central, haciendo de 2016 el año más sangriento desde que hay registros. Ya ni se alcanza a saber el número de niños que han muerto en el mar», lamentó Unicef, que ha establecido espacios para niños y niñas pequeños en barcos de la guardia costera italiana.

A los adolescentes les apoya con asistencia sicosocial a su llegada. Junto a Acnur y los servicios sociales italianos, intenta acelerar la asignación de tutores y mejorar las condiciones de recepción. El elevado número de menores ha provocado retrasos que, a veces, llegan al año en la asignación de tutores.