Joseba VIVANCO
EUROPA LAGUE

Aduriz echa una mano

Cinco goles en una tarde histórica del donostiarra salvan la papeleta a un Athletic frágil en defensa que jugó todo el partido con fuego.

ATHLETIC 5

KRC GENK 3


«El máximo goleador es siempre el mejor poeta del año», sentenció Pier Paolo Pasolini, para quien el fútbol era «la única representación sagrada de nuestro tiempo». Aduriz es el mejor poeta del año. Sagrado. Leyenda. El puto amo. Sin perdón. Cinco goles suyos, y pudieron ser más, en una tarde mágica para el león rojiblanco que sólo deslució la desdibujada imagen del equipo, un Athletic suicida que decidió jugar en el alambre hasta casi el pitido final cuando el propio donostiarra anotó su tercer penalti del partido. Sí, ese que alguien dijo una vez era tan importante que debía lanzarlo el presidente del club. No le tembló el pulso al donostiarra que ejecutó con precisión quirúrgica a un Genk osado, sin nada que perder, un verdadero quebradero de cabeza allí y aquí para la tropa de un Ernesto Valverde que tiene mucho trabajo por delante para insuflar a su equipo mayor solvencia, fortaleza y regularidad. Lo de ayer, con lo que había en juego para los bilbainos, fue como una ruleta rusa, dos funambulistas con los ojos vandados a los que les iba tanto la vida en el ataque que se olvidaron por completo de la defensa. Un oda al fútbol para el aficionado neutral. ¡Qué diantres! El gran Eduardo Galeano habría eyaculado con tanto orgasmo en forma de gol. Uno de esos duelos en los que se dice que los entrenadores sufren por la incertidumbre de lo que sucede dentro del rectángulo de juego, pero que sobre el terreno dio la impresión que quien más tenía que perder era el de casa. Y al final ganó. Se diría que Ernesto Valverde y los suyos lo fiaron todo a su potencial ofensivo y un acierto cara a puerta que hubiera estado en entredicho de no ser por el nombre propio del día. En mitad de esa locura, de ese fútbol de transiciones vertiginosas y marcador alterno, de defensas indefendibles ante un jurado popular, de idas y venidas, de ausencia de tiempos muertos, emergió la figura de Aduriz. Cinco goles. Cinco. Todavía se frotan los ojos los presentes en San Mamés, los que saltaron al otro lado del televisor o la radio con el tercero del ‘zorro’, con el cuarto... con el quinto en el descuento. Poeta del año.

Ambiente de final sostenía Valverde en la previa. Lejos del lleno en San Mamés a una hora poco futbolera en jueves. Briosa salida del Athletic que pronto tuvo la réplica de un Genk que alberga dinamita de la medular hacia arriba. Ritmo trepidante. A los siete minutos, Balenziagse suelta la melena y driblar, ¡milagro!, centra desde la esquina del área y Raúl García cede de cabeza para que Aduriz arribando desde la media luna meta la puntera a la red. El partido de cara, como de cara iba a ir un rival flamenco que no se amilanó en ningún momento. Es más, llevaba el control del balón, del juego, amagaba con dar, pero llegó una aislada acción en ataque donde Muniain quebró al rival y cayó derribado. Once metros y segundo de Aduriz.

Sobrepasados los veinte minutos y el Athletic se iba en el marcador en apenas dos llegadas. Había renunciado a la posesión, sin Beñat ni San José, nada extraño. Máxima efectividad como nula fue la imagen en defensa. Pérdida en la salida de balón de un Susaeta con el retrovisor empañado, dos toques y gol de Bailley, auténtica pesadilla de la zaga bilbaina. El Genk volvía por sus fueros y cuando más achuchaba a un Athletic que defendía muy atrás y no encontraba oxígeno para salir arriba, llegó en segundo penalti, placaje sobre Raúl con el balón alejado, de nuevo once metros y otra vez Aduriz, al palo contrario. 3-1. A vestuarios con 29 llegadas a las áreas y 12 remates. Locura.

Aduriz tuvo el cuarto al minuto de de volver de vestuarios y al poco, segundo de los visitantes, Ndidi, solo, de cabeza, a saque de falta, la defensa rojiblanca mirando y Laporte atornillado el césped. Mira que lo habían hablado en el vestuario... Un 3-2 que espoleó a los flamecos, que soltaron amarras. Paso adelante que el Athletic aprovechó para contragolpear, Aduriz tuvo dos claras, una tercera en que se molestó con Raúl García, una doble de Susaeta y Rico, otra de Aduriz que no culmina, hasta que el único que acierta es Yeray –apoteósico– con un pase filtrado que el ‘20’ no desprovecha. Su cuarto de la noche. 4-2.

Quince minutos por delante y aun quedaban despropósitos por narrar. Bailley sacaba los colores a la zaga bilbaina con una endiablada jugada individual y Susic se encontraba con el 4-3. Cinco minutos habían transcurrido y el Athletic seguía jugando sobre el alambre, con los ojos vendados, suerte que con una red llamada Aduriz. Antes, un recién entrado Sabin Merino dispuso hasta de dos buenas oportunidades de sumar, pero la agonía del descuento la zanjó el tercer penalti, sobre Williams, salido del banquillo. Allá fue el verso suelto para redondear su quinto. El Athletic salió vivo gracias a la mano de Aduriz y con él «el fútbol más poético, el que expresa más goles», que diría Pasolini. Aduriz. Poeta.

«Diremos: aquel día estábamos ahí»

El hombre del día ayer en San Mamés. Aritz Aduriz, autor de los 5 goles.

«Estoy muy, muy contento por conseguir los tres puntos porque ganar hoy era vital para seguir vivos en la competición. Estoy muy satisfecho. Estoy muy contento porque –los 5 goles– han servido para sumar los tres puntos y muy agradecido a mis compañeros porque sin ellos no sería posible», señaló siempre humilde en sus respuestas. El ariete confesó que «no recuerdo» haber metido cinco tantos en otro partido y que «habrá que remontarse» a su época «de juveniles». Asumió haber tenido alguna ocasión más para marcar pero, ya en tono jocoso, dijo que «no hay que ser avaricioso. Estoy contento», añadió. Todo eran alabanzas para el donostiarra. Cómo no las de su entrenador. «Es un suerte poder contar con Aduriz. Es la primera vez que un jugador mío marca cinco goles, además en Europa y en un partido de este tipo. Tenemos la suerte de haber asistido a esto y de poder decir: aquel día estábamos en el campo. Y además nos vino muy bien», declaró Ernesto Valverde. El técnico rojiblanco se mostró satisfecho por haber logrado el primer objetivo que era ganar, aunque no por el segundo que era mejorar el ‘gol average’ con respecto al Genk, que es líder con los mismos puntos. Acerca del encuentro, Valverde aseguró que, a pesar del llamativo 5-3 final, acabó «con la sensación» de poder «haber marcado algún gol más». A su juicio, «ellos han estado muy bien en la primera parte. Es un gran rival, muy potente en ataque, y nos ha generado peligro en segundas jugadas. En la segunda hemos estado mejor, pero su índice de efectividad ha sido muy alto. Hemos tenido llegadas muy claras como para no haber sufrido», resumió. A nivel individual destacó la aportación de Yeray. «Nos está dando mucho este año. No se aprecia su juventud, se atreve con el balón y esta muy fuerte en las disputas. Parece que lleva jugando mucho tiempo», valoró el técnico.J.V.

Al Athletic se le pone de cara la clasificación

Tras el empate 2-2 en el otro duelo entre Sassuolo y Rapid de Viena, si el Athletic logra ganar a los italianos el próximo partido y el Genk a los austríacos, los rojiblancos estarán clasificados.

El «zorro» hace historia con su repóker de goles

Desde 1971 nadie marcaba un repóker en una competición europea y desde Fidel Uriarte en 1967 nadie marcaba cinco goles en el Athletic. Aduriz suma 131 goles como león y supera a Urzaiz.