Raimundo Fitero
DE REOJO

Comisión

Se deduce que la insistencia de la banda de Rajoy en darle una presidencia de Comisión parlamentaria a Jorge Fernández Díaz es para pagarle los servicios prestados que deben ser muchos. Va a ganar más dinero que de ministro de la porra y los montajes policiales y judiciales. Lo de Altsasu está tomando unas dimensiones auténticamente demenciales con la aparición en escena de la jueza graciosa e imaginativa que se emplea con dicharachera gramática para convertir todo en terrorismo. Bueno, a lo mejor es que estamos en una época de post-terrorismo. O de post-democracia. Tengo un lío tremendo con las definiciones del momento actual.

Ha perdido la poca credibilidad que le quedaba a Hernando de Susana, ese ser que de pretender que Pedro Sánchez fuera el padrino de su hijo ha pasado a ser el que le ha traicionado de manera pertinaz y se ha convertido en el hazmerreír del mundo global, un individuo que lleva en sus genes el componente Albert por España, que dice a las nueve de la mañana una cosa y a las once la contraria. El portavoz de la gestora que intenta acabar definitivamente con el PSOE, debería ocupar un asiento en el “Sálvame” de Jorge Javier Vázquez, el único ideólogo que le queda al partido zombi tras la implosión de Felipe González.

Queda claro que las comisiones (de esto saben mucho los chicos del PP) parlamentarias están muy bien pagadas. Y hay un pacto de los cuatro grupos parlamentarios, incluido Podemos no firmado (o sea, una quedada con copas, ¿no?) en que cada grupo presenta a su candidato tras el reparto de las mismas. Y se ha roto el pacto, parece ser.  ¿O no? Pregúntenle a Urkullu, que sabe bastante de reuniones, intentos, pactos y contrapactos. Lo importante es quién hace la construcción del TAV, lo demás es política barata. Por lo de la comisión. O Comisión.