Iratxe FRESNEDA
Periodista y profesora de Comunicación Audiovisual

Experiencias digitales

Hace tiempo, los agoreros proclamaron la muerte del cine, también proclamaron el asesinato de las estrellas radiofónicas. Años después la radio sigue viva, haciéndonos recordar cómo era el periodismo en sus buenos momentos. La radio no ha muerto y por el momento el cine continúa ahí. Una sala, el ruido del proyector y la luz de las historias compartidas en una sala, en colectivo. Sigo pensando que permanece la magia en esa experiencia y, a pesar de que películas brillantes como la del realizador catalán Albert Serra, “La muerte de Luis XIV”, vuelvan a traer la discusión del teatro filmado, lo filmado jamás será teatro. El olor y la energía que emiten los actores, su calor, no puede ser filmado, la libertad que el teatro proporciona a su audiencia ante encuadre de lo visionado, es mucho más de lo que algunos pretenden con eso que vienen llamando Transmedia. De momento. Mientras escribo estas líneas aún tengo caliente en mi memoria la experiencia vivida en el Harpa de Reykjavík, donde pude probar, digitalmente, qué es entrar en las cuerdas vocales de la cantante islandesa Björk. “Björk Digital” es la última experiencia artística de la actriz y cantante que indaga en el concepto de la realidad virtual para completar así el proyecto de “Vulnicura”, su último disco. “Prótesis” en la mirada, prótesis en las manos para sumergirnos en el universo artístico y vital de Björk. Extraña, emotiva y sorprendente, la propuesta de la islandesa no es apta para aquellos a los que su voz y su música no cautiva. Seguramente ya habrá quien hable de la muerte de la música.