El hallazgo de amianto en los terrenos que rodean el polideportivo de Altza ha trastocado los plazos para su demolición, aunque hay fechas. Salvo cambios de última hora, mañana está previsto que comiencen los trabajos de derribo. Precisamente, el sindicato LAB pidió ayer al Ayuntamiento que entregue un informe de una empresa acreditada que certifique que en las instalaciones no existe amianto. Pese a que las últimas mediciones han dado negativo, aseguraron que solo se lo han comunicado de forma oral. «Queremos actuar con prudencia, por eso queremos certificarlo por escrito», agregaron.

Asimismo, solicitaron certificar, mediante medición analítica, si los recubrimientos de fibra de vidrio que protegen las conducciones contienen o no este elemento. «Hasta que realizar estas actuaciones, exigimos que se paralice la orden de derribo», pidieron.

Quieren también un inventario de todas las instalaciones del polideportivo, actuales y anteriores retiradas, así como la identificación de las empresas y personas trabajadoras que tienen o han tenido relación o contacto con el recinto. En este sentido, emplazaron a Osakidetza a que haga un estudio de los cánceres de pulmón, asbestosis y cáncer de laringe registrados en la zona de Herrera y Altza en los últimos 30 años para compararlos después con otros barrios y zonas de Gipuzkoa.

Precisamente, desde LAB ayer mostraron su preocupación por la muerte hace tres años de un compañero del polideportivo de Altza a causa de un cáncer de pulmón y la posible relación entre la enfermedad y el amianto. En ese sentido, ven necesario un estudio sobre el estado de salud de las personas que han trabajado allí en los últimos 27 años.

Al Consistorio donostiarra solicitaron, en último lugar, la realización del mapa del amianto en la ciudad, extremo que fue anteriormente aprobado en Pleno pero que no ha sido ejecutado; y a Inspección de Trabajo que haga un seguimiento de las tierras contaminadas.