Martxelo DÍAZ
IRUÑEA

Geoalcali, sin solución para la sal ni para los residuos

A pesar de las promesas realizadas en la zona, Geoalcali, la promotora de la mina Muga entre Nafarroa y Aragón, no tiene solucionado el problema de qué hacer con los residuos ni con la sal que generaría, según revela un reportaje de la web Arainfo. De este modo, Geoalcali se vería obligada a arrojar al mar la sal que genera o a crear gran montaña, a lo mismo que han tenido que recurrir en otras explotaciones similares.

Geoalcali, la empresa que planea abrir una mina de potasa entre Nafarroa y Aragón continúa sin tener resuelto uno de los principales problemas de estas explotaciones, la altísima cantidad de residuos generados que llega a suponer las dos terceras partes de los materiales extraídos, según revela un reportaje publicado por la web aragonesa Arainfo y firmado por Miguel Ángel Conejos..

Según destaca, Geoalcali, «envuelta en esa estética seudoecologista que envuelve a todas sus publicaciones, prometió hacer una mina ‘residuo cero’, algo que es materialmente imposible y económicamente inviable, asegurando que reintroducirá la mayor parte de esos inertes en las galerías de la mina, gracias al proceso del ‘backfilling”».

Sin embargo, los impulsores de la mina Muga (que se sitúa desde la sierra de Erreniega hasta la comarca aragonesa de la Chacetania) se limitan a «vaguedades que no clarifican el tipo de productos necesarios ni el coste de los mismos».

El autor del reportaje ha tenido acceso a una fuente que mantuvo una relación contractual con Geoalcali, que destaca que el «backfilling» no puede ser la solución para el problema de los residuos. Esta posición no pudo ser desmentida por Ricardo Pérez, miembro del equipo directivo de Geoalcali y encargado de Estrategia Corporativa.

De los seis millones de toneladas que saldrían del subsuelo de la mina Muga, un millón serían sal para deshielo que debería venderse fuera del Estado español, pues según señaló Pérez, no pueden competir con otras productoras del Estado.

Geoalcali tiene firmado un memorándum de entendimiento con la multinacional Cargill, por el que se comprometía a comprar sal procedente de Muga para usos industriales. Este acuerdo obligaría a Geoalcali a exportar la sal a puntos tan lejanos como EEUU, lo que encarecería el producto, que tendría que se fletado desde los puertos de Pasaia o Bilbo hasta donde decida Cargill.

Uno de los extrabajadores de Geoalcali destacó que el acuerdo con Cargill no se va a materializar porque la sal de Muga no tendrá las características físicas ni químicas necesarias para satisfacer a la multinacional.

Por tanto, Geoalcali se encontraría con el problema de qué hacer con la sal. «El que venga va hacer una montaña, porque lo hacen todos. Los únicos que no lo hacen son los alemanes, porque la tiran al Rhin», destaca la fuente de Geoalcali, que revela que se han barajado arrojar esta sal «metiéndola con una tubería desde el puerto hasta el Cantábrico».

«¿Cómo nos iban a recibir los arrantzales en el puerto de Bilbao si montamos la sal en una barcaza y la arrojamos al mar a unas millas de la costa?», se cuestionaba Ricardo Pérez al respecto.