Mikel INSAUSTI
LAS INOCENTES

Las monjas polacas que descubrieron su feminidad al acabar la II Guerra Mundial

En la ya extensa filmografía de Anne Fontaine hay sobrados ejemplos a destacar de entre sus complejos y variados retratos femeninos, como “Limpieza en seco” (1997), “Nathalie X” (2003), “La chica de Monaco” (2008), “Coco avant Chanel” (2009), “Dos madres perfectas” (2014) o “Primavera en Normandía” (2014), dónde presentaba una versión moderna y actualizada del mito literario de Madame Bovary. En “Les innocentes” nos muestra a una mujer real, ya que la interpretación de Lou de Laâge está basada en la figura histórica de Mathilde Beaulieu, una médico de la Cruz Roja Internacional que al final de la II Guerra Mundial atendió a las monjas de un convento polaco que solicitaron su ayuda en secreto.

La película es un auténtico prodigio de sensibilidad cinematográfica, correspondido con el premio Fipresci en la Seminci de Valladolid, y el de Mejor Largometraje en el festival de Jerusalén. El tema de los partos clandestinos por parte de las religiosas que fueron violadas por las tropas soviéticas se prestaba a un tratamiento sensacionalista, ya fuera desde el lado ético o del político. Lejos de caer en cualquier tentación demagógica o maniquea, Anne Fontaine profundiza en las ideas y sentimientos de la protagonista, reflejados en el diario que escribió sobre aquellos sucesos del invierno de 1945 a 1946.

Fontaine establece un revelador paralelismo entre dos instituciones uniformadas como el ejército y la iglesia, a través de la correspondencia entre la disciplina militar y el voto de obediencia religioso, dándose la coincidencia de que son mujeres las que en ambos casos están sometidas a ordenes superiores. Máxime en lo tocante a las monjas, que además han de cargar con el voto de castidad, contrario a su accidental maternidad. Sin embargo, habrán de reconocerse a si mismas como mujeres de este mundo carnal.