Carlos GIL
Analista cultural

Por ahí

Las acciones tomadas de una en una parecen poca cosa, pero atravesadas por un hilo conductor son algo a tener en cuenta. Sin leyes o reglamentos que indiquen qué hacer con los teatros de titularidad pública, pertenecientes su inmensa mayoría a los ayuntamientos, con excepción del Teatro Principal de Gasteiz que tiene parte de su propiedad el gobierno de Lakua y la diputación de Araba, aunque la gestión está cedida al consistorio, es bueno que se planteen maneras diferentes y eficaces de contribuir al desarrollo de las artes escénicas.

Las ayudas a compañías residentes son una fórmula que se debe explorar con más ambición, no solamente como una suerte de ayuda mutua, pero dan una cierta estabilidad y descanso a las partes. Lo ideal sería que se involucraran más las residencias con el quehacer diario, no solamente en la producción y exhibición, sino quizás en la formación. Todas las maneras de apoyo a la creación, a la producción, las redes, van configurando una estructura efímera que se debe consolidar y revisar para mejorar.

Que los tres teatros de las capitales de la CAV emprendan desde acciones conjuntas, fruto de iniciativas de sus direcciones, es un buen síntoma. Y que se planteen el descubrimiento de nuevas dramaturgias, de otras maneras de acercarse a las artes escénicas merece un aplauso. Y si se mantiene en el tiempo e incardinan con otras propuestas, una ovación. Por ahí debe ir el futuro.