Jon ORMAZABAL
Pelota

De amenaza a refugio

Los diez errores de Zabaleta allanan el camino del primer punto de semifinales a Irribarria-Rezusta en Eibar.

IRRIBAR.-REZUSTA 22

ELEZKANO-ZABALET. 15


Todos los análisis previos a la disputa del segundo partido de la liguilla de semifinales en el Astelena apuntaban a la velocidad de esos pelotazos de cuando José Javier Zabaleta está entonado como la única amenaza para Irribarria-Rezusta, ahora que tocaba volver a poner los contadores a cero. Los pocos valientes que osaron a poner algún euro a favor de la pareja azul lo hicieron confiando en que el de Etxarren pudiera conservar la velocidad de crucero que alcanzó en su juego en la segunda mitad del partido del lunes en Tolosa. Nada más lejos de la realidad. La amenaza del de la Sakana terminó siendo el refugio al que acudieron los zurdos guipuzcoanos en una tarde algo menos brillante que las pretéritas, por mucho que lograran desplazar varias pelotas al rebote del recinto eibarrés.

En un Parejas de muchísimos altibajos, Irribarria-Rezusta están siendo, sobre todo, la combinación más regular, la única que, más o menos, está manteniendo un mismo paso durante toda su trayectoria y esa sobriedad les sirvió ayer para sacar provecho del nefasto arranque de José Javier Zabaleta que, con seis errores en juego y cuatro saques que debió restar, dilapidó las opciones de los azules.

Y eso que el comienzo del partido fue más que esperanzador para la pareja que partía como víctima. Dos errores de Beñat Rezusta y un gancho de Danel Elezkano les permitieron abrir un pequeño hueco de 0-3 que amenazaba con hacer saltar las alarmas de unos favoritos que mostraban sus leves fisuras. Sin embargo, Zabaleta mandó arriba una pelota con la que se estrenaron los zurdos guipuzcoanos (1-3) y todo dio un monumental vuelco, con el zaguero navarro como desafortunado protagonista.

Los colorados les devolvieron un parcial de 9-0 en el que solo se pueden anotar una buena dejada en el txoko de Irribarria en el 6-3, y dos ganchos del campeón manomanista en los dos tantos siguientes. Por contra, Zabaleta fue el protagonista negativo en dos saques conse-cutivos –tantos 3 y 4 colorados–, otra pelota al colchón de arriba y otro error forzado por Rezusta en el primer buen pelotazo del de Bergara en el 2-3.

Aguanta Elezkano

Antes del comienzo del partido, el zaguero de Etxarren había trasmitido sensaciones positivas, pero desde aquella larguísima lesión que lo tuvo un año apartado de las canchas, no ha sido capaz de encontrar la regularidad en su juego, algo imprescindible a estas alturas del campeonato. El lunes en el Beotibar también le costó carburar y le dio tiempo a hacerlo, pero la exigencia ayer era máxima.

Porque por mucho que al término del partido Irribaria manifestara que se sintió sin chispa durante varias fases del partido, fue el de Arama, con esa combinación de yunque y bisturí, de potencia y precisión, el que llevó el partido a una diferencia que parecía insalvable en el 13-5, ya superado el primer parón.

Sin embargo, no acertó a buscarle la derecha a Danel Elezkano y fue el de Zaratamo el que se encargó de aguantar a su pareja en el partido. A base de buenos remates, el delantero vizcaino se encargó de ir dando tiempo para que su compañero recuperara el color de su rostro y fuera estirando sus derechazos –incluso llevó una pelota con su espalda pegada en el rebote en el 13-6–, a poco que conseguía minimizar sus errores.

Y la reacción fue inmediata. A nada que Zabaleta recuperó sus constantes vitales, fueron acortando diferencias hasta el punto de crear algo más que inquietud en Irribarria-Rezusta cuando se acercaron 17-14 tras una pelota cruzada en exceso por el delantero y 18-15 en otro error del zaguero de Bergara, que sumó hasta cinco, también por encima de su media.

Sin embargo, Zabaleta no fue capaz de aguantar ese buen nivel que había mostrado en su recuperación, mandó una pelota al colchón de arriba en el 19-15 y volvió a desmoronarse. Dejó sin responder el siguiente saque (20-15), Irribarria puso su segunda pelota en el rebote y la puntilla llegó también en un resto que el de Etxarren no pudo poner en el verde de la Catedral.

El sábado buscará refugio en su Labrit, ante otro zaguero en apuros como Untoria.