Amaia U. LASAGABASTER
EIBAR

John Sager cuestiona el sistema electoral por los «votos en contra»

El candidato estadounidense a la presidencia del Eibar consultará con abogados locales la posibilidad de impugnar el proceso. Cree queel sistema de votación acordado por las otras dos candidaturas anula sus posibilidades de hacerse con una plaza en el Consejo.

Las elecciones al Consejo de Administración del Eibar, un proceso ya de por sí farragoso, pueden encontrarse con una complicación añadida. John Sager, candidato en solitario a la presidencia, no ha suscrito el acuerdo firmado por las otras dos candidaturas, encabezadas por Amaia Gorostiza y Germán Albistegi, que regula el proceso de elección de los trece consejeros que accederán al máximo órgano de decisión de la entidad el próximo 1 de junio.

En conversación con GARA, Sager asegura que incluso estudia la posibilidad de impugnar el proceso, para lo que se pondrá en contacto con abogados locales. Su principal queja radica en los “votos en contra”, que considera que reducen al mínimo sus posibilidades de acceder al Consejo, así como el escaso margen de tiempo del que dispuso para preparar la última reunión, en la que se aprobaron algunos cambios respecto al texto previamente acordado, incluyendo el sistema de votación que ha generado sus críticas. Sager, no ha participado personalmente en ninguna de las reuniones mantenidas por los candidatos, en las que ha estado representado por «aficionados del Eibar que viven en Eibar», aunque no, al contrario de las planchas de Gorostiza y Albistegi, por abogados.

El quid de la cuestión reside en los puntos 9 y 11 del acuerdo suscrito por las otras dos candidaturas. La primera establece que el nombramiento de cada consejero se votará separadamente, tal y como exige la Ley, aunque «para simplificar el procedimiento de voto, adicionalmente, se ofrecerá la posibilidad de votación separada por candidaturas». La segunda, que serán elegidos miembros del Consejo de Administración los trece candidatos más votados, siempre que tengan más votos a favor que en contra. Según explica Jon Ander Ulazia, abogado, miembro del actual Consejo y del ya extinto Comité Electoral y candidato en la lista encabezada por Gorostiza, también este punto viene marcado por la Ley de sociedades de capital, que establece que «los acuerdos en Junta se toman votando a favor, en contra, absteniéndose o en blanco. En este caso, cada candidato es un “acuerdo” independiente. Hay un acuerdo que es nombrar a Amaia Gorostiza miembro del Consejo de Administración, otro acuerdo que es nombrar a Germán Albistegi, otro que es nombrar a John Sager... Los accionistas tienen que posicionarse a favor, en contra, votar en blanco o abstenerse sobre ese “acuerdo”, o en este caso persona». Su compañero Josemi Fiallegas, también abogado, consejero, miembro del Comité Electoral y candidato, añade que «no sólo John Sager, cualquiera de los 11.000 accionistas, si considera que no se cumple la legalidad, puede impugnar el procedimiento. No solo esta, toda Junta General es impugnable si los procedimientos no se ajustan a la ley o a los estatutos. Pero en estas negociaciones, que han sido arduas, ha habido un norte claro para todo el mundo: se quiere cumplir estrictamente la legalidad».

Más allá de la legalidad, es la combinación de esos dos puntos del acuerdo la que enfada a Sager. Recuerda que «un candidato que tenga más votos en contra que a favor no puede hacerse con una de las vacantes, aunque se encuentre entre los trece más votados. Y cada voto que no incluya a un candidato, significa un voto en contra para el resto, convirtiéndose en otro obstáculo a superar». «Con la posibilidad de votar por candidaturas añadida en el artículo 9, los accionistas tendrán la posibilidad de votar al completo la plancha de Albistegi o Gorostiza. Algo que me perjudica porque tendría que acabar por delante de la suma de votos conjuntos a las dos plataformas, añadido a las personas que no me voten. Cada voto para sus planchas será un voto contra mi. Así que incluso acabando entre los trece más votados, tendría que superar los votos en contra de la suma de sus votos por candidaturas». Algo que, «en definitiva, hace prácticamente imposible que acceda al Consejo. Aunque creo que puedo acabar entre los trece más votados, acabaré fuera por la regla del “voto en contra”».

Sager, además, censura los plazos de actuación. «El 7 de abril recibí el acuerdo electoral, que estaba previsto que suscribiéramos en la reunión del día 10, en la que estuve representado. Pero las otras candidaturas plantearon algunas cuestiones y finalmente no se firmó –explica–. El 11 de abril a las 14.14 se me comunicó la celebración de una reunión una hora después para discutir el documento revisado, que se me envió en ese momento. Respondí inmediatamente, cuestionando el escaso margen de tiempo pero mi mail no obtuvo respuesta. Esa tarde recibí los documentos finalmente acordados. En el plazo de cuatro horas, respondí con mis objeciones a los cambios en las cláusulas 9 y 11 y apenas unos minutos después recibí otro mail solicitándome que lo firmara. Es decir, sólo cuatro horas después de haberlos recibido y sin que mi mail con las objeciones obtuviera respuesta. Un día después, sin haberse vuelto a poner en contacto conmigo, el club presentó las directrices del proceso electoral».

Eso sí, ratifica su intención de presentarse a las elecciones y de hecho espera viajar en breve a Eibar para participar en la campaña electoral.

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