Ane URKIRI ANSOLA
GASTEIZ
Derbi en Mendizorrotza

El derbi vasco deja un condenado y un absuelto

En un duelo de necesitados, el Eibar consiguió su segunda victoria consecutiva que le permite alejarse de la zona peligrosa mientras el Alavés empieza a ser claro candidato al descenso. La lesión de Alexis y la expulsión de Santos en la primera parte marcaron el devenir de un encuentro que deja muy tocada la figura de Gianni de Biasi. 

ALAVÉS 1

EIBAR 2


La presente temporada empieza a ser pesada para la parroquia albiazul, y la primera seña de ello la muestran los propios jugadores, incapaces de competir ante rivales directos. Y de poco sirve mostrar buenas sensaciones ante el Valencia si después te comportas igual que cualquier equipo en pretemporada ante Getafe o Eibar. 

La escuadra de De Biasi no dio señas de un equipo de la máxima categoría en ningún momento del duelo, que empezó marcado por la lesión de Alexis –sufrió un traumatismo cervical y las pruebas descartaron lesiones óseas y nerviosas– en el minuto ocho que obligó a mover ficha al italiano. No se complicó, y dio entrada a Vigaray, uno de los señalados en el Coliseum que tampoco aprovechó para mejorar su imagen, como tampoco mejoró la defensa con la línea de cuatro hombres. 

El Eibar necesitó unos minutos para tantear el terreno, que poco a poco fue haciéndose suyo a pesar de jugar a domicilio, hasta conseguir una victoria que le permite tomar oxígeno. Un Alavés reservado abusaba de los balones largos en busca de la velocidad de un Sobrino que se desfogó enseguida. Y cuando los babazorros dieron sus dos mejores chispazos –los únicos hasta el tramo final– con sendos remates desviados de Vigaray y Santos, el Eibar puso tierra de por medio con un gol de Jordán, libre de marca dentro del área. Ventaja mínima pero suficiente para hundir a un conjunto ahogado por la ansiedad de sumar y escalar puestos. 

Nada supo hacer el Alavés. No porque el Eibar no le dejase, sino porque llegaba dos segundos más tarde a cada jugada o porque los movimientos de unos no coincidían con los envíos de otros. La sensación de un equipo frío se trasladó a parte de la grada –a excepción del fondo de Iraulta 1921–, que no espabiló hasta que Munuera Montero expulsó a Santos por doble amarilla al borde del descanso. 

Sin recursos efectivos

Una jugada de Sobrino que concluyó con un disparo raso de Manu fue lo mejor de la primera mitad y casi del partido, si no fuese por el gol de Burgui ya con el tiempo cumplido. Hasta el minuto 80 el Alavés no puso a prueba a Dmitrovic, una estadística que se repite casi en cada partido. Y es más, si el Eibar marcó el primer gol en su segundo disparo entre los tres palos, amplió la ventaja en su segunda mejor ofensiva. Alejo se zafó demasiado fácil de Duarte y a Charles no le supuso trabajo encontrar espacio entre dos centrales para cabecear a la red. Y esa es la conclusión principal de un equipo que no tiene ninguna seña del fútbol italiano a pesar de tener un técnico transalpino: encaja goles fácilmente, conclusión que terminó reconociendo el propio Gianni de Biasi. 

Burgui maquilló el resultado demasiado tarde, cuando el Eibar se encontraba con diez jugadoras, también por la expulsión de su delantero, Charles, por roja directa. Expulsión anécdotica que solo consigue quitar un efectivo en racha a Mendilibar para el próximo compromiso.