Ramón SOLA
DONOSTIA

El batacazo del 21D pone más difícil al PNV apoyar los presupuestos a Rajoy

El Gobierno español inicia hoy la negociación presupuestaria, parada por los comicios del 21D, y de nuevo con el PNV como opción prioritaria. Sin embargo, el batacazo del PP en Catalunya hace más difícil el apoyo jeltzale, por lógica política (Rajoy ha quedado muy tocado) y de calendario (se solapará con el desenlace del caso Puigdemont).

Las elecciones catalanas habían metido en el congelador el debate presupuestario en el Estado. Pasado el 21D, Mariano Rajoy ha indicado que hoy mismo piensan arrancar con la negociación. La hoja de ruta, única a la vista, pasa de nuevo por lograr el apoyo de Ciudadanos y PNV, votos que se sumaron en mayo pasado a fuerzas muy minoritarias (UPN, Foro Asturias, Coalición Canaria y Nueva Canarias) para sacar adelante las primeras cuentas de la legislatura. Sin embargo, el inesperado resultado del 21D complica las cosas a Rajoy, por lo que respecta a C’s pero sobre todo al PNV, que tendría aún más difícil explicar en Euskal Herria una nueva bombona de oxígeno político al inquilino de la Moncloa, hoy mucho más débil que en mayo.

La pasada semana portavoces del PNV como Koldo Mediavilla seguían dejando entreabierta la puerta a un segundo acuerdo, pero tras el batacazo del jueves Joseba Egibar ha señalado en entrevista a Vocento que «recomendaría a Rajoy que no deposite todos los huevos en la cesta de la relación con el PNV, porque sabe que no hay cesta».

«Si Catalunya no entra en una normalidad, nosotros no vamos a hablar de otra cosa», asegura el presidente del GBB y portavoz en el Parlamento de Gasteiz. Conviene matizar que Egibar ya era el representante jeltzale más reticente al acuerdo anterior y que la decisión final se adoptará en otros cenáculos, como la dirección del EBB e Iñigo Urkullu.

En lo político, el doble fiasco de Rajoy en Catalunya (tanto por el fracaso de su estrategia anti-independentista como por la fuga de votos a Ciudadanos) deja al presidente español en su momento más precario desde que tomó el cargo en 2011. Y no solo frente a la oposición, sino también en el ámbito interno, donde por cierto la influyente FAES ya lanza mensajes que instan a romper todos los lazos con «los nacionalismos», en lo que solo puede entenderse como una crítica a los acuerdos con el PNV dado que los nexos entre Moncloa y el nacionalismo catalán se quebraron hace tiempo.

De hecho, aquel pacto presupuestario decantado por el PNV viene a suponer el mayor y casi único logro de Rajoy en esta legislatura. En el balance del primer año hay más leyes bloqueadas que aprobadas: 38 frente a 40. Y la mayor parte de las 38 (exactamente 24), mediante decreto ley urgente.

En tramitación y con múltiples problemas siguen las 40 más relevantes políticamente, desde la reforma del Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana a la subida del SMI, suspensión de la Lomce, propuesta de desclasificación de secretos oficiales que podría ayudar a revelar algunas acciones de guerra sucia en Euskal Herria (auspiciada precisamente por el PNV), reforma de la Ley del Indulto, derogación de la Ley Mordaza, anulación de la reforma del Tribunal Constitucional diseñada expresamente contra el procés... Todo ello crea un cuadro general de enormes dificultades legislativas para Rajoy, que se agravarían aún más si no pudiera sacar adelante sus presupuestos por vez primera desde que llegó a la Moncloa.

Primero C’s

El proceso negociador coincidirá temporalmente además con nuevos hechos claves en Catalunya y que deberían complicar mucho al PNV prestar soporte al PP: formación de Govern, resolución de la situación del hoy exiliado en Bruselas Carles Puigdemont y sus consellers, amenazas del Tribunal Supremo contra un centenar de referentes independentistas...

A darle tiempo para ver si cabe la «normalización» evocada por Egibar puede contribuir Ciudadanos, con quien el PP iniciará la negociación. Ahora está en posición de fuerza para poner más caro su sí. La primera exigencia a Rajoy de los de Albert Rivera es la equiparación salarial de las policías estatales y los cuerpos autonómicos.