Integrantes de la coordinadora antimilitarista Kakitzat, de AHT Gelditu Elkarlana y de diversos colectivos sociales de Bizkaia se concentraron ayer en Bilbo frente a la sede del Ejecutivo de Lakua para denunciar el «despilfarro de recursos que supone el gasto militar y las obras de construcción del TAV, más aún si cabe en una época de crisis y de recortes como la actual».

En un comunicado, recordaron que el presupuesto del Gobierno Urkullu, aprobado la semana pasada gracias al acuerdo fiscal con el PP, recoge «innumerables recortes» en las partidas destinadas al gasto social. «Un ejemplo es el recorte que se lleva experimentando desde hace seis años en la cuantía de la RGI, la cual se sigue sin actualizar al incremento experimentado por el SMI, como obliga la legislación», explicaron.

«Frente a esta realidad de recortes vemos cómo se amplían los recursos económicos destinados al gasto militar y a las grandes infraestructuras», añadieron antes de indicar que el presupuesto del Ministerio de Defensa para el 2017 ha sido de 7.558 millones de euros. «Pero el dato real del gasto militar es de 22.758,42 millones, ya que se destinan recursos ocultos en otros ministerios, como los dedicados a los programas de armamento», remarcaron.

Y advirtieron de que, al igual que el Ejecutivo estatal, Lakua también subvenciona la industria militar, «principalmente ligada al sector aeronáutico, y permite la exportación de material militar a través del Puerto de Bilbao».

6.000 millones

En cuanto al TAV, los presentes señalaron que el coste de las obras de la “Y vasca” superará los 6.000 millones. «Tras once años de obras, y ni la mitad de la obra ejecutada, el Gobierno vasco y Fomento han gasto ya cerca de 3.000 millones», apuntaron, y avisaron de que en 2018 el Gabinete de Iñigo Urkullu destinará 156,2 millones de euros a esta infraestructura. «A sumar los 255,6 millones de euros consignados por el Consejo de Ministros para la licitación del segundo sector del Nudo de Bergara», manifestaron.

«Solo cabe añadir que todo este despilfarro de recursos destinados al TAV y al gasto no militar no compensa necesidad alguna de la sociedad, pero sí supone un derroche cuando necesitamos más escuelas, hospitales o prestaciones para las familias que sufren los actuales procesos de precariedad y de pobreza», afirmaron los asistentes, que se quedaron en pañales.