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París estudia un impuesto al tránsito de camiones por el Hexágono

Como ya ocurre en Gipuzkoa, los camiones que recorran el Estado francés utilizando las vías que actualmente no tienen peaje para todos los vehículos pagarán un nuevo impuesto de circulación. Esa es la idea que maneja por ahora el Gobierno de Emmanuel Macron.

El Gobierno francés trabaja en la creación de un impuesto de circulación para los camiones que transitan por sus carreteras, incluidos los extranjeros, según reveló ayer “Les Echos”, información de la que se hizo eco Efe. Ese impuesto, del que se espera una recaudación de unos 550 millones de euros anuales, sería una alternativa a la «ecotasa», que se había concebido para los vehículos pesados que utilizaban carreteras libres de peaje y que fue abandonada a finales de 2013 ante las protestas que generó, en particular en Bretaña, donde apenas hay vías de pago.

En Gipuzkoa, con la introducción del sistema AT, implantado este mes para los camiones que circulan por la N-1 y la A-15, la Diputación espera recaudar 9 millones de euros al año. Ayer, la diputada de Infraestructuras Viarias, Aintzane Oiarbide, indicó que se están registrando «más de 30.000 tránsitos al día» y «unos niveles de cobro muy altos».

Entrevistada por el citado diario, la ministra francesa de Transportes, Elisabeth Borne, recordó que, desde el comienzo de su mandato, ha insistido en que «los flujos de camiones que transitan por nuestro territorio también deben contribuir a la financiación de nuestras infraestructuras». Para materializar esa voluntad en una ley sobre movilidad, que debe ser sometida al Parlamento en primavera, el Ejecutivo privilegia la idea del impuesto en lugar del peaje en ciertas vías interurbanas, por ser una solución más simple, según el diario económico.

Peajes urbanos

Por otro lado, Borne adelantó que en esa ley se incluirá un dispositivo que facilitará la puesta en marcha de peajes urbanos. «La legislación ya da ahora esa posibilidad a los ayuntamientos, pero solo a título experimental y durante tres años, un periodo que es demasiado corto teniendo en cuenta las inversiones que hay que hacer», precisó.

En el Estado francés no se ha implantado hasta ahora ningún peaje urbano, como los que existen en ciudades como Londres, Göteborg o Milán para reducir los atascos, luchar contra la polución o aumentar los recursos destinados a los transportes colectivos. Pero la inmensa mayoría de los electos locales franceses que se han pronunciado sobre esa posibilidad lo han hecho en contra –por considerar que favorece la segregación social–, como la alcaldesa de París, Anne Hidalgo.

En la ciudad de Lille, lo que se proyecta es un «peaje inverso», que consistiría en dar incentivos financieros a los conductores que acepten utilizar su vehículo solo fuera de las horas de mayor tráfico.

La ministra Borne también pretende simplificar los procedimientos para que se reserven carriles, en las entradas a las ciudades, a los vehículos que transporten a varios pasajeros.