Beñat ZALDUA
DONOSTIA
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Recuperado el Parlament, arranca la cuenta atrás para la investidura

Sin sorpresas inesperadas, el independentismo se aseguró ayer la mayoría en la Mesa del Parlament, al frente de la cual situó al republicano Roger Torrent, cuyo papel será crucial en una hipotética investidura de Puigdemont a distancia. La fecha tope es el 31 de enero. De momento, el nuevo president de la Cámara guarda un perfil institucional.

Catalunya vuelve a tener Parlament. El nivel de incertidumbre sobre el futuro inmediato no debería restar valor al que, en el fondo, es el principal titular de ayer: el órgano que representa a los ciudadanos de Catalunya, disuelto el pasado 28 de octubre por orden del Gobierno español, vuelve a estar en manos catalanas. El de ayer fue el primer paso en la recuperación de las instituciones intervenidas a través de la aplicación del artículo 155.

La sesión constitutiva del nuevo Parlament no dio lugar a sorpresas. Los cinco diputados en el exilio declinaron pedir el voto por delegación, y aunque Ciudadanos y PP protestaron porque la Mesa de Edad sí que permitió delegar el voto a los tres diputados encarcelados –tal y como sugirió el propio juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena–, el presidente coyuntural del Parlament durante la jornada de ayer, Ernest Maragall, no dio pie a convertir el primer pleno de la legislatura en un espectáculo de filibusterismo.

Sin mayores sorpresas, por lo tanto, el republicano Roger Torrent fue escogido en segunda vuelta como sucesor de Carme Forcadell al frente del Parlament. Logró los 65 votos posibles de JxCat, ERC y CUP, mientras que el candidato propuesto por Ciudadanos, José María Espejo-Saavedra, cosechaba 56 apoyos –uno menos de los que, sobre el papel, sumaban Ciudadanos, PSC y PP–. Tal y como habían dicho, los ocho diputados de Catalunya en Comú-Podem votaron en blanco.

La dinámica se repitió en las votaciones a las dos vicepresidencias –salieron Josep Costa (JxCat) y Espejo-Saavedra (C’s)– y las cuatro secretarías –Eusebi Campdepadrós (JxCat), David Pérez (PSC), Joan García (C’s) y Alba Vergés–, de manera que el independentismo cuenta con mayoría en la nueva Mesa, en la que solo hay una mujer, según se apresuraron a denunciar desde los Comuns. En la anterior legislatura eran tres.

Dos discursos, dos tonos

El pleno de ayer, marcado por las ausencias –recordadas con grandes lazos amarillos–, empezó y acabó con sendos discursos. El primero a cargo del president de la Mesa de Edad, Ernest Maragall, y el segundo a cargo del propio Torrent, una vez elegido en el cargo. Ambos son miembros del grupo parlamentario de Esquerra, pero su discurso sonó bien diferente. Libre de responsabilidades futuras en la mesa del Parlament, Maragall fue contundente en la apertura del pleno: «Hoy yo no debería estar aquí, el Estado impuso las elecciones».

«Tengo la viva imagen de aquel 30 de setiembre en el que Pasqual Maragall votaba el Estatut con un acuerdo con el Estado, de mano extendida; qué ingenuidad pensar en una España con diversidad de pueblos», siguió, rememorando la figura de su hermano. Y lo remachó así: «El 1 de octubre fue el día en que la ciudadanía se hizo dueña de su destino y el TC no lo podrá borrar de nuestra memoria». «Estamos haciendo un proyecto de República que también es de equidad y justicia, un proyecto que también ganará la libertad de Oriol Junqueras, Joaquim Forn y Jordi Sànchez», añadió el veterano político.

El discurso de Torrent fue mucho más institucional. Demasiado para la CUP, que lo criticó abiertamente por no incorporar menciones ni al 1-O ni a la República. Probablemente, las mismas razones que llevaron a los Comuns y al PSC a aplaudirlo y a considerarlo un buen inicio. En el terreno de las reclamaciones, Torrent se quedó en la denuncia de la excepcionalidad de un Parlament en el que, por primera vez en la historia, las sillas del Govern quedaron vacías. «En esta cámara hay 135 voces y yo tengo que defender el derecho de expresión de todas, de las que están hoy pero también, especialmente, de las que no pueden estar», apuntó.

Aunque se buscaron con fruición, en el discurso de Torrent no hubo grandes pistas acerca del rol que está dispuesto a jugar de cara a la posible investidura de Carles Puigdemont –como tarde, el 31 de enero–. Si se intenta una investidura a distancia, el papel de la nueva Mesa del Parlament, que sentirá el aliento del TC en la nuca desde el primer día, será crucial. De momento, Torrent se limitó ayer a seguir la línea de Esquerra y reclamar que «el primer paso debe ser poner fin, inmediatamente, a la intervención de nuestras instituciones». Una prioridad que choca con la de JxCat, que defiende intentar la investidura de Puigdemont sea como sea. Aunque el preacuerdo para hacerlo existe, los próximos días no estarán exentos de tensión entre ambas fuerzas.

Sea cual sea la opción escogida, en cualquier caso se puede anticipar ya que contará con el rechazo frontal del principal grupo parlamentario, Ciudadanos. Lejos de ver la oportunidad de hurgar en la divergencia independentista, como sí hizo el PSC, la líder del partido naranja, Inés Arrimadas, no quiso ayer ver ningún cambio en el tono de Torrent y calificó la sesión de constitución del Parlament de «mitin de ERC».

 

JxCat confirma negociaciones con Esquerra y la CUP

31 de enero. Es el deadline del independentismo para tratar de investir a Carles Puigdemont, tal y como tienen ya acordado Junts per Catalunya y ERC. Sigue en el aire, sin embargo, la fórmula que escogerán. Encima de la mesa, al menos de forma pública, tres opciones: la investidura telemática –por videoconferencia–, por delegación –otro diputado del Parlament leería el discurso de investidura de Puigdemont– o el regreso sorpresivo a Catalunya. Las dos primeras serán recurridas inmediatamente por Moncloa, que no levantará el 155 si el investido es Puigdemont, y la última implicaría la detención inmediata. «En Catalunya hay una extraña sensación de que todas las opciones conducen a lo imposible», resumió ayer el histórico abogado August Gil Matamala en los micrófonos de Info7.

Elsa Artadi, peso pesado de Junts per Catalunya, recordó ayer que Puigdemont es el candidato que más apoyos tiene para ser investido y señaló: «Tenemos un acuerdo con ERC para hacerlo, y estamos trabajando con la CUP para tener la mayoría».B.Z.