Mikel INSAUSTI
CRÍTICA «Me estás matando, Susana»

El machismo que se disfraza de romanticismo

Hay películas que forzosamente funcionan mejor en su mercado interior que en el exterior, y “Me estás matando, Susana” refleja una manera de ser muy mexicana, con un humor que en Europa tal vez cueste más entender. Roberto Sneider es un adaptador nato de la literatura del país azteca, y hasta ahora ha llevado a la pantalla novelas de Jorge Ibarguengoitia, Ángeles Mastretta y José Agustín. De este último ha escogido el libro que publicó en 1982 con el título de “Ciudades desiertas”, lo que le obliga a hacer en su tercer y espaciado largometraje una actualización del texto original. Para ello ha decidido centrarse única y exclusivamente en el personaje de él, eliminando la alternancia de puntos de vista que se daba dentro de la pareja. Seguramente porque lo conoce mejor en cuanto que de los dos es el nativo de México, mientras que su chica, interpretada por Verónica Echegui, es extranjera.

Puede chocar, visto desde fuera, que Sneider se decante por la comedia romántica para referirse a la pervivencia de prácticas sexistas, incluso entre los sectores liberales que viven en zonas residenciales de México D.F. como Colonia Condesa, en la que abundan negocios “hipster” fruto de la gentrificación urbana. No obstante, utiliza el recurso para satirizar la forma en que el machismo se disfraza de romanticismo. Gael García Bernal encarna a un actor parrandero que se tiene por un chico de hoy en día, y que solo cuando su chica le abandona empieza ser consciente de que algo fallaba en la relación. Aún así, reacciona mal y la sigue llevado por un sentido de la posesión heredado del tradicional puro macho mexicano.

Son actitudes totalmente contradictorias que propician una comicidad absurda, a la que tampoco escapa ella, por más que se crea una hija de la transición y de la movida madrileña, ya que en el fondo sigue sintiéndose atraida por su “bruto”.