EIBAR 1

MÁLAGA 1

Con apuros y sin excesiva brillantez pero el Eibar consiguió que el fin de su mala racha se limitara a un paréntesis. Aunque quizá seguido de una interrogación. El equipo azulgrana no ha enlazado dos derrotas desde octubre y tampoco lo ha hecho ahora, cuando su situación es bien diferente. Aunque ayer, a ratos, no lo pareciera.

Porque si la derrota frente al Atlético dibujó el paréntesis en la línea de buenos resultados que venían celebrando los eibarreses, el empate con el Málaga lo hizo en la de los buenos partidos, añadiendo así la interrogación. Ambos partidos acabaron con la sensación del «casi» pero frente a los colchoneros ejerció de consuelo gracias a la magnífica segunda mitad del Eibar ante un rival que siempre se le atraganta. Contra el Málaga, por el contrario, dejó el regusto amargo de las oportunidades perdidas, tras una reacción que llegó demasiado tarde, aliñado con cierto alivio. Y es que el marcador final pudo haber sido más amable con los eibarreses pero los tres puntos también pudieron haber volado a la Costa del Sol.

En un partido muy diferente al de diez días antes, el Eibar anoche salió mejor al campo. Pero un despiste defensivo, no sería el único, permitió marcar al Málaga cuando se cumplía el primer cuarto de hora. Y a los locales se les hizo de noche. Ante un rival que mantuvo la serenidad pese a su apuradísima situación, les faltó claridad en ataque y, sobre todo, contundencia en defensa. No sólo a la defensa, que también –ni Capa, ni Paulo que se marchó lesionado, ni Ramis que le sustituyó tuvieron su noche–, porque los despistes fueron generalizados. Y el Málaga supo aprovecharlo. Sobre todo En-Nesyri, que cogió la espalda de los centrales en numerosas ocasiones. Por suerte no es precisamente un delantero letal –sus dos únicos goles en Primera se los ha marcado, precisamente, al Eibar–, con lo que el bagaje de sus escapadas se redujo a muchos sustos pero un solo gol.

Llegaba al cuarto de hora tras un despiste de Capa y Paulo. Después, el Málaga, que hasta entonces había tenido problemas para sacar el balón no ya de su campo, incluso de su área, supo jugar en ventaja. Inesperadamente sereno atrás e incordión arriba, consiguió que los acercamientos a Roberto –que se convirtió en blanco de las iras de la grada por sus reiteradas, y groseras, pérdidas de tiempo– se fueron espaciando con el transcurso de los minutos. Los chuts de Jordán de Inui y los cabezazos de Kike y Charles consiguieron mantener viva la esperanza pero también se fue enfriando conforme se acercó el descanso.

Más aún en la segunda parte, que comenzó con otra arrancada de En Nesyri y una doble ocasión de Adrián y Chory Castro. Al Eibar le empezaba a quedar sólo aferrarse al tópico del castigo a los que perdonan. Que se acabó cumpliendo, aunque sólo a medias. La entrada de Orellana no se notó tanto esta vez pero sí la de Bebé. En el 75 asistió el gol del empate, obra de Kike y el Eibar enloqueció. El Málaga aguantó con carácter y el segundo pudo llegar en cualquiera de las dos porterías. A saber por qué, no lo hizo.&hTab;

Alivio para Enrich aunque pasará por el quirófano

Alivio, aunque sea relativo porque tendrá que pasar por el quirófano, para Sergi Enrich, que sufre una lesión bastante más leve de lo que se llegó a temer tras lastimarse en la rodilla derecha durante el entrenamiento del domingo.

Según el resultado de las pruebas a las que se sometió ayer, el delantero sufre una rotura del cuerno posterior del menisco interno de la rodilla derecha. Será intervenido mañana en Donostia y será tras la operación cuando se facilite un período aproximado de recuperación. En prinipio, y salvo contratiempos, no debería estar alejado de los terrenos de juego durante más de mes y medio. «En un mes estás volando», le decía su compañero Iván Alejo en las redes sociales y el propio Enrich se reconocía tambien «contento tras saber que estaré poco tiempo en el taller». A.U.L.