Joseba ITURRIA
REAL

La debilidad defensiva y física fulmina la ilusión

RED BULL SALZBURG 2

REAL SOCIEDAD 1


La Real cayó eliminada en los dieciseisavos de final de la Europa League por su debilidad física y defensiva ante un Salzburg al que le bastaba con empatar y fue el único que parecía que necesitaba marcar en un segundo tiempo decepcionante de un equipo que no estuvo a la altura de la eliminatoria ni de los aficionados desplazados a Austria.

Al Salzburg le bastó con la velocidad del surcoreano Hwang, el mismo que provocó el primer gol de su equipo en Anoeta antes de que su entrenador le sustituyera en el descanso para que no fuera expulsado, para decidir el partido. Volvió a desquiciar a los jugadores realistas y en un minuto provocó la expulsión de Raúl Navas y el penalti de Rulli que llevó al marcador el resultado definitivo y lesionó al argentino para obligar a Eusebio a agotar sus cambios con la entrada de Toño Ramírez.

Eso provocó que acabaran el partido jugadores que físicamente no están a la altura por sus problemas de las últimas semanas o porque no dan la talla en esa faceta como Zurutuza, Januzaj y Canales y así no se puede competir contra un equipo tan físico como el Salzburg, que une la fortaleza de la raza negra con la de los germanos y austríacos. Y si encima Eusebio casi repite el mismo once que jugó el domingo con Canales en el puesto de Xabi Prieto como si la excepción de jugar contra un Levante muerto fuera contra la regla que indica que no puede jugar en el centro del campo.

Y Zubeldia, que es el jugador que mejor está físicamente y que parecía que había descansado el jueves ni llegó a jugar, en una decisión tan difícil de entender como la de dejar en la grada a Kevin Rodrigues en la grada y vestir a Gorosabel cuando con Aritz había una alternativa para el lateral derecho y Diego Llorente no se encontró en el puesto de lateral izquierdo en el que tuvo que jugar en el segundo tiempo por la lesión de Alberto de la Bella.

Un segundo tiempo muy triste

Porque el Salzburg fue superior en el conjunto del partido, pero, sobre todo en el segundo tiempo, en el que impuso su mejor condición física ante una Real que, a pesar de tener siempre la necesidad de marcar, no fue capaz de crear ninguna jugada de peligro hasta el minuto 87 en un remate de Januzaj que se estrelló en el cuerpo del portero Walke. A partir de ahí buscó la igualada a la desesperada, pero aunque en esa única oportunidad habría entrado el balón era impensable poder superar a su rival en la prórroga con diez cuando no pudo con la exigencia del partido ni con once.

Porque no se puede discutir al árbitro por las dos tarjetas de Raúl Navas ni por el penalti. La Real pagó su debilidad física y también la defensiva, porque tan influyentes como los dos goles fueron las dos tarjetas amarillas de Raúl Navas en acciones en las que quedó como último defensor con Hwang y en la primera barrió al surcoreano y en la segunda utilizó las manos de manera difícil de entender.

Un fallo para empezar

Y eso que la Real comenzó bien y tuvo una clara oportunidad para adelantarse en el minuto 7 en un robo de David Zurutuza, con un gran centro con la izquierda que Oyarzabal no acertó a cabecear a la red libre de marca en una ocasión inmejorable para cortar su racha sin ver puerta después de un inicio de temporada en el que marcaba casi todo lo que tocaba.

Pero del posible 0-1 se pasó al 1-0 en la primera jugada de ataque del Salzburg en una jugada muy similar a la del empate a dos de Anoeta, con una entrada de Lainer por la derecha, mal defendida por Januzaj y De la Bella, lo que obligó a Zurutuza y Raúl Navas a ir a hacer la cobertura y eso dejó a Aritz Elustondo solo con Dabbur, que marcó.

La Real supo reaccionar en una de las facetas en las que peor estuvo en la ida, en un saque de esquina botado por Canales que Raúl Navas cabeceó a la red.

El primer tiempo se redujo a esas tres jugadas y a otra para la polémica en la que el Salzburg pitó una mano dentro del área realista, que la hubo, aunque el árbitro Sergei Karasev entendió que no era sancionable y amonestó a Dabbur por protestarla.

La Real no salió bien tras el descanso con la improvisación de Diego Llorente de lateral izquierdo y permitió al Salzburg realizar tres remates en los primeros cinco minutos de la segunda mitad. En el primero Rulli respondió con una buena intervención a un disparo de Schlager y después Ramalho superó en dos ocasiones a Oyarzabal en su duelo en jugadas a balón parada sin encontrar la portería en sus dos cabezazos.

El Salzburg era superior y en la segunda jugada en la que Raúl Navas se vio emparejado con Hwang volvió a ver tarjeta y al minuto siguiente el jugador coreano provocó un penalti. Para colmo de males Rulli, que cometió la pena máxima no pudo pararla por poco y se lesionó, con lo que Eusebio tuvo que agotar sus cambios con la entrada de Toño Ramírez para sustituirle.

Con diez, sin opción de cambiar nada y con un equipo muy justó en el plano físico la Real apeló a la épica y eso solo le sirvió para tener la ocasión de Januzaj. Muy poco para mantener viva la ilusión que podía despertar la Europa League.

Calor blanquiazul en un congelador

La afición blanquiazul reiteró el apoyo a su equipo en las gradas del Salzburg Stadion, donde cerca de 2.000 aficionados realistas dieron calor a sus jugadores en un partido jugado bajo cero. Desde la mañana se veían camisetas blanquiazules en el centro y en las cervecerías y bares de Salzburg, a donde llegaron aficionados en vehículos particulares o en trenes y autobuses desde Munich, que fue la vía elegida por muchos para viajar en avión. Algunos de ellos pudieron fotografiarse con los jugadores blanquiazules cuando salieron a pasear.

A la tarde todos se concentraron en el meeting point establecido por la Real a orillas del río Salzach. Desde allí salió una kalejira hasta el estadio por un recorrido cortado al tráfico de 45 minutos que los seguidores blanquiazules aprovecharon para intentar entrar en calor en un ambiente gélido que olvidaron para apoyar a su equipo durante todo el partido. GARA

Honi buruzko guztia: REAL