GARA
MADRID

Senegaleses denuncian persecución tras la muerte de un mantero en Madrid

La Asociación de Inmigrantes Senegaleses pidió el fin de la persecución policial contra los vendedores ambulantes tras la muerte el jueves de uno de ellos en el barrio madrileño de Lavapiés. SOS Racismo ha exigido al Ayuntamiento una investigación «exhaustiva».

El inmigrante senegalés y vendedor ambulante Mmame Mbage de 34 años, murió el jueves en el barrio madrileño de Lavapiés tras sufrir un infarto que sus compatriotas achacan a una operación policial llevada a cabo contra los manteros. Algunos vecinos que aseguraron que Mame corría delante de dos policías municipales que iban en moto cuando se desplomó.

Según informaron fuentes de la red Interlavapiés y de la Asociación Sin Papeles de Madrid, llegó hace 12 años a Canarias en patera y aún carecía de permiso de residencia. Se dedicaba a la venta callejera de perfumes y formaba parte del Sindicato Mantero y Latero de Madrid.

La Asociación de Inmigrantes Senegaleses (AISE) denunció la «persecución racista» de los agentes de la Policía Municipal de Madrid y lamentó la muerte de «un hermano mantero».

«Pedimos a la justicia que deje de hacer persecuciones, que no han empezado hoy, sino que llevan mucho tiempo en Lavapiés», resaltó un responsable de AISE. Según el relato de otros manteros, agentes municipales propinaron «patadas constantes» desde Sol tras una redada contra los manteros «para que se cayesen y poder detenerles». «Este hecho es un crimen respaldado por la Ley de Extranjería, una ley que mata, que tortura, que humilla, tanto en las calles como en los CIE», resaltó.

Denunció que no es un hecho «aislado» y que «forma parte de una dinámica del Gobierno español, que se está alimentando del racismo y de la tortura de los inmigrantes negros».

Inmigrantes senegaleses concentrados ayer en la plaza Nelson Mandela, cerca de donde se produjo el fallecimiento, recibieron entre gritos al cónsul de Senegal, Mouctar Belal Ba, a quien reprocharon no haber actuado cuando le comunicaron lo sucedido. El representante diplomático tuvo que refugiarse en un bar, de donde salió escoltado por agentes de la Unidad de Intervención Policial de la Policía española, que cargaron contra los concentrados.

SOS Racismo exigió una «investigación exhaustiva» y que se ponga fin a «las redadas racistas, las paradas por perfil étnico, los centros de internamiento o las deportaciones» de inmigrantes.